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sábado, 13 de noviembre de 2010

En Francia

Vivo en Francia. Ni bien ni mal. Bueno, en realidad más bien que mal. Vivo en Nantes. Supongo que la ciudad donde vives hace mucho. Yo ya he decidido que no quiero vivir ni en París ni en Marsella. Más que nada porque la gente que voy conociendo que ha vivido en París llega aquí desesperada; todos viven lejos del trabajo, se pasan la vida en el transporte público o en atascos horrorosos, todo es carísimo y todos viven lejísimos del mundo de las postales que conocemos y en el que la mayoría hemos estado de visita. Evadidos de Marsella no conozco a ninguno pero alguien me ha contado que aquello está de delincuentes y de mierda que se viene abajo así que casi mejor ni lo intento. Tampoco me hace gracia la idea de vivir en Lyon porque allí residen unos familiares de mi Mari que tienen más peligro que un artificiero con Parkinson. En fin, que Nantes está muy bien. Es mucho más grande que Pamplona, mi anterior destino, pero mucho más pequeño que Madrid, mi pueblo. Le comenté a mi amiga Silvia que Nantes no era mucho más pequeño que Barcelona y a poco no colapsa. Es que ella es de Barcelona. Le gusta mucho Nantes pero es de Barna y claro, hay cosas que no. Definitivamente no.

Nantes tiene un chateau bastante hermoso y un barrio antiguo muy agradable, particularmente las mañanas de sábado y las noches de cualquier día. Es una ciudad muy paseable y bastante viva cuando el tiempo no lo impide. Hoy no. Llevamos dos días ya de una lluvia menuda multidireccional que te empapa hagas lo que hagas acompañada de un viento racheado capaz de destruir cualquier paraguas. Ahora, cuando para de llover está bastante bien.

Los franceses, esos seres que pueblan Francia, son tema aparte. He conocido a muchos y me llevo bien con todos o casi. Eso sí, no hay cosa más aborrecible que un francés conduciendo. Yo les he sugerido que dejen de pagar ejército, que dediquen esa pasta a jubilarse a los 45 trabajando 23 horas semanales y que los conflictos bélicos los resuelvan enviando hordas de conductores pero no me han tomado en serio. Los franceses es lo que tienen, que su sentido del humor es muy peculiar. Para colmo gastan ese gentilicio que se presta tanto a chanzas: Francés. "fes-me un francès, reina", que decían en "El amante bilingüe"

3 comentarios:

  1. Muy bien, Alf, encantadisimo de ser el primer julay que escribe un comentario en tu blos. Ahora mismo le planto un vínculillo a la cosa de los Cuentos. Por cierto, ahora que vienen las Navidades a ver si sacamos a Einstein del presidio.

    Respecto al contenido, ya sabes mi opinión sobre los Franceses y sus alrededores. Nadie puede pensar con claridad usando un idioma en el que se te llena la boca de lengua.

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  2. Siempre generalizando....En Marsella también se vive muy bien, podías haberme creido las 500 mil veces que te lo he dicho. Es muy poco gabacho, es una ciudad muy cosmopolita, tiene mar....De acuerdo con lo de París pero vamos, que las distancias al trabajo lo teneis en Madrid....
    De Pamplona no digo nada que acabamos enfadándonos....
    Courage avec ton blog!

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  3. Estoy confundida, no he encontrado ningún comentario del tipo ¡qué bien se come en Nantes! ¡qué bien se vive en Nantes! ¡qué estupendo es Nantes!, ¿es que acaso sólo eres sincero cuándo escribes?.
    A partir de ahora quiero tus palabras de amor sólo por escrito.

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