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domingo, 25 de septiembre de 2011

Le week-end en Bretagne

Este fin de semana ha echo un tiempo glorioso. En esta parte del mundo eso viene a significar que no solo no ha llovido, sino que el sol ha lucido casi todo el tiempo. Durante el día hemos alcanzado los 22 grados que durante la noche bajan hasta unos 15, temperatura idónea para dormir. Septiembre es un mes habitualmente benigno para la cosa meteorológica. Debe ser cosa del clima atlántico porque recuerdo que en Bélgica el habitual tiempo-de-mierda, marca de la casa en ese país, se dulcificaba más o menos durante ese mes. Así las cosas, P y yo decidimos ayer irnos a dar un paseo por la ciudad que además en este mes suele estar bastante animada por todo tipo de ferias, festivales y demás jacarandas. Nuestros hijos decidieron que era mucho más divertido quedarse en casita mirando pantallitas con lo que allí quedaron.

Nantes estaba muy agradable. Las calles con bastante gente y mucha animación, los comercios abiertos, mucho paseo y las terrazas hasta arriba de nanteses disfrutando el clima. Caminando, caminando llegamos hasta el Château de la Duchesse Anne de Bretagne, una guarra traidora que se casó con el rey de Francia acabando así con las pocas posibilidades de independencia que nos quedaban a los bretones. El château en cuestión es bastante pintón. Su construcción se inició en 1207 a indicación de un tal Guy de Thouars, señorito de la finca en aquel entonces, y se fue completando con añadidos diversos con el correr de los siglos. No hace mucho era todavía más pintón que ahora porque se ubicaba sobre una de las múltiples islas que el Loira formaba por esta zona en su confluencia con el Edre, el otro gran río de Nantes. Sucesivas desecaciones y cambios de curso han convertido la franja de agua que circundaba la fortaleza en poco más que un estanque de patos (o sin poco más) pero en su día debió ser bastante imponente, el típico castillazo con un foso tremendo habitado por cocodrilos antropófagos esperando algún asalto para ponerse las botas de tanto devorar sicarios, siervos de gleba, pajecillos, soldados de mesnada y demás fauna del medioevo.

A fecha de hoy, el otrora castillo de los duques de Bretaña ha pasado a ser de propiedad comunal, es decir, de la ciudad. En el castillo organizan continuamente exposiciones temporales que animan la vida cultural de la ciudad, la que hay ahora se llama algo así como "Nanteses venidos de más allá", es decir, que hablan de gente como yo. No la he visto. Además de eso organizan alguna que otra tangana y este sábado tocaba una gran reunión de bomberos. Había bomberos de diversas clases y procedencias, de variados tamaños e incluso había bomberos y bomberas. Estaban allí mostrando sus equipos y habilidades y también haciendo un poco de música. Me llamaron la atención tres cosas especialmente. La primera, una caseta que habían montado que era un simulacro de incendio. Tenían como una tienda con una puerta de madera y se veía el humo escapar por las juntas. Quiero pensar que los que entraban a verlo lo hacían protegidos con máscaras antigas porque aquello parecía bastante serio. Claro que estos franchus igual tienen que darle realismo al tema porque si no les parece mal. Es que no tienen sentido del humor ni saben lo que es una metáfora, de ahí que hagan esos bodrios de películas.


Bomberitos, bomberacos y bomberos mariscales, toda una exhibición.
 Lo segundo que me marcó fueron los bomberos mariscales. Había bomberos, ya entraditos en años, con unos uniformes que parecían todos Maréchals du France, todos llenos de galones y de medallas.

Aquí la juerga que montaron los bomberos en Nantes


Lo tercero y sin duda lo mejor, fue encontrarme como parte de la exibición el vehículo de emergencias que aparece en la fotografía sobre el que habían escrito "En greve" (en huelga). Son genio y figura.


Cualquier momento es bueno para una reivindicación

Por la noche vinieron a cenar a casa Amaya y su familia. Le había prometido un arroz auténtico, que los de ella son de oídas, así es que estuve cocinando el resto de la tarde. Durante la cena acabamos con un blanco de Borgoña premier cru que no estaba mal, aunque no le hacía sombra a un Somontano si te digo la verdad, otro blanco de Côtes du Rhone que no valía nada y un reserva de La Ribera del Duero, Altos de Tamarón, que era de largo lo mejor (y lo último) de la bodega. Fue bastante interesante la explicación que nos dieron Amaya y Cyril (su marido de ella) sobre el alambicado sistema educativo francés que data de los tiempos de Napoleón (del de Waterloo) en el que uno puede estudiar lo mismo en la Université que en la Ecole d'Ingenieurs pero que para entrar en la primera es suficiente con el bac (bachillerato)mientras que para la segunda hay que hacer dos años de preparatoire y es mucho más elitista y rebuscada y es donde se educan las élites de Francia, si quieres ser ministro tienes que estudiar en no sé qué determinada escuela. Aparte del lío monumental que se suma a la curiosa numeración de cursos de los gabachos, de menos a más al contrario que el resto del mundo universo, el curioso invento napoleónico fomenta enormemente el clasismo de los franceses, que es justamente lo que ellos necesitan.



Así de hermosa estaba hoy la costa de Bretaña en Le Croissic

Esta mañana seguía haciendo bueno así que decidimos ir a dar una vuelta por la costa. Ojo que ya no soy yo el neuras que se quiere ir al mar a la que sale un poco el sol, esta vez ha sido P. Ha sido un gustazo porque el día estaba muy agradable y al bajar del coche en La Govelle (esta vez lo escribo bien) se respiraba un intenso olor a mar muy agradable. La participación de las criaturas en la excursión se ha zanjado con una indicación mía de que ayer fue el día de hacer el friki y que hoy tocaba aire y sol. Laurita ha sufrido como una bestia, todo el día lejos del ordenador. Y es que ya es manía, con lo bien que se está metido en casa y además el ordenador lo dice todo y te lo cuenta todo y si encima eres como ella, que no necesita ni comer...


A la izquierda Laura sufre expuesta al sol y al viento. A la derecha navega feliz por la red, que es lo que le gusta a ella.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Deportes de salón

Nunca he sido yo muy aficionado a los deportes. Mi padre no lo es y en consecuencia yo no fui educado en esa inclinación. En líneas generales los partidos de fútbol me parecen aburridísimos a menos que los vea con mi cuñado Pedro, que los vive verdaderamente o con amigos con los que montar un poco de risa. En los años 80 seguí el baloncesto durante algún tiempo, cuando jugaban Corbalán, Iturriaga, Fernando Martín y demás de aquella generación que es la mía. Esa afición me duró unos meses, luego lo dejé. En la actualidad suelo ver el rugby, que me parece un juego entretenido, corto e intenso. Me declaro abiertamente seguidor de Francia, sobre todo desde que zurraron a los Old Blacks en el último mundial.

El fútbol lo veo cuando juega España, que son los míos pero aún así me aburre bastante. La final del mundial me pilló aquí. Estaba solo pero conseguí conectar un televisor que tenía en mi apartamento de entonces y verlo. Vi el primer tiempo y no pasó nada. Vi el segundo tiempo y no pasó nada. Vi la primera parte de la prórroga y no pasó nada. Me moría de asco pero claro, cómo dejar de ver el posible momento de gloria de mi quebrantada patria. Para vencer el tedio decidí levantarme a hacer un pis y a la que vuelvo resulta que los nuestros habían metido el solitario gol que les llevó al triunfo. Fue un mundial muy triste porque me quedé sin gol en directo. Y muy cansado también porque todavía siguen dando el coñazo con aquello. El año pasado vi alguno de los "derbis" Madrid-Barça, como para no verlos. Aprovechando además que tenemos aquí una catalana de cabecera, decidimos que el asunto tenía su gracia pero vamos, que en general nosotros de fútbol nada. Cómo sería la cosa que yo le preguntaba a ella si este o aquel jugador eran del Barcelona o del Madrid y ella no tenía ni idea.

Allá por 2004, durante mi primer año de emigrante, descubrí que el deporte tiene mucha utilidad para dar por saco. Lo descubrí porque transcurrían en aquel momento las olimpiadas en Atenas y mi entonces compañero John Chon, un americano que trabajaba temporalmente en Flandes, me preguntó qué tal iba España en la olimpiada y yo le respondí que no tenía mucha idea pero que sin duda mucho mejor que Bélgica. A partir de ahí me percaté que ser español tenía su ventaja, al contrario que durante mi infancia, ahora somos buenos en deporte. Contra los belgas era de escándalo, les dábamos unas palizas brutales en cualquier deporte en que compitiésemos lo cual me permitía hacer el correspondiente chincha-rabia a los nativos. Lo de hacer escarnio a los belgas tenía una gracia relativa puesto que vienen a ser la versión humana de la acelga pero hacerlo con los franceses... engancha.

En mi trbajo tengo un colega que se llama Guillaume Rabillier. Guillaume es jefe de mantenimiento. Es un tipo alto, fornido, guapete, como que dan ganas de meterle un viaje, vaya. Además es un tipo que viene de la armada, concretamente de un submarino nuclear, lo cual le convierte en un ejemplar curioso. Para colmo el tío es alegre, optimista y tiene bastante sentido del humor. Frecuentemente lamento no manejar mejor el francés porque estoy seguro de que me reiría bastante con él que por su parte, habla el mismo inglés que la mayoría de los franchus: poquito. Guillaume me había hecho un par de coñas en relación con temas deportivos, fundamentalmente referidas a la ausencia de España en rugby, "un deporte de hombres". Precisamente por eso, cuando jugaron España y Francia en el Eurobasket por primera vez, me fui a verle para comunicarle que había colgado un cartel en el tablón de anuncios de la cantina como el que se ve en la ilustración. El tío se echó unas risas y me dijo que es que habían jugado con el "equipo B".


Esto colgué en la cantina, con un par.

A Guillermo, que vive en un mundo con menos espacio para las bromas como es el de los niños de 12 años le dijeron que era un tema estratégico para asegurarse la llegada a la final. Lo hicieron bien los franchus porque, efectivamente, poco después jugaron la final contra el mismo adversario. Eso fue el pasado, fatídico, domingo. La cosa empezó mal porque por la mañana Nadal arrolló en la copa Davis al francés que le pusieron que por lo que me han contado llegó a ser confundido con el recogepelotas.

Por la tarde tuvimos la super final del Eurobasket. Nos costó encontrarlo porque por supuesto TVE Internacional consideraba que programar una película de Joselito era mucho más adecuado para difundir la imagen de España por el mundo y en Francia estaban más interesados en las declaraciones del sátiro de Strauss-Khan que en el baloncesto. Finalmente dimos con la retransmisión en TF-4 y nos la tragamos Guillermo, P y yo. No he comentado que P sufre como una bestia con esas cosas y que para soportarlo suele dedicarse a hacer cosas de lo más pergrino. La final de la Copa del Rey se la pasó limpiando la cocina, creo (es forofa del Madrid, tenemos la casa limpísima).

El resultado de los encuentros del día me provocó la satisfacción de podérselo restregar a Guillaume al tiempo que la preocupación de que no le partiesen la cara a Guillermo quien, a la sazón, elucubraba sobre las mil maneras posibles de alardear de españolidad y humillar al francés (lo debemos llevar en los genes porque en casa no le hemos enseñado eso).

A la mañana siguiente nada más entrar al recinto de Vivalis me di de bruces con el jefe de mantenimiento. Me dijo lo mucho que se había acordado de mí el día anterior y que había pensado decirme que es que la final la jugó el "equipo C". Yo le contesté que habían mejorado mucho porque le habían hecho a España quince puntos más que en el partido anterior mientras que los míos sólo habían mejorado en dos. La verdad que nos reímos. El resto del personal no dijo ni "mu". Hoy alguien me ha comentado que lo del baloncesto fue una pena pero que lo del tenis fue un imposible. Es que los tíos se creen que tenían alguna oportunidad, hay que joderse con La Grandeur.

España dando cera a Les Bleus y en casa riéndonos como hienas

martes, 13 de septiembre de 2011

Colgado de Fedeguico

Ya he comentado en alguna ocasión que en este mundo globalizado en que vivimos la distancia es básicamente un estado mental. Los aviones son parte de la explicación pero sobre todo y ante todo, está la internet, algo que entró en  nuestra vida poquito a poco y que ahora ha pasado a ocupar un lugar distinguido y preferente. El pensar que cuando empecé a trabajar en 1989 los informes se escribían a mano con cierta frecuencia (en el laboratorio no teníamos máquina de escribir que era instrumento de oficina) me evoca las historias que contaba mi abuela, una persona que recordaba sus viajes por Madrid en tranvía de mulas y que asistió por televisión al alunizaje del Apolo XI y al paseo sideral de John Armstrong, un tipo muy majo de Ohio que dicen que andaba en la Luna. Mi abuela desarrolló en los años 60 y 70 una adicción a la televisión comparable a la que hoy en día tenemos muchos con internet, lo que son las cosas...

Si en España utilizaba mucho la red, desde que vivo en la extranjería ni te cuento. Influye mucho mi gran afición a escuchar la radio. Yo escucho la radio de toda la vida de Dios. Entre mis memorias remotas se encuentra la sintonía de "Protagonistas" y la voz tan bonita y el mucho oficio de Luis del Olmo. Yo creo que la afición a la radio la heredé de mi madre hace mucho tiempo y desde entonces la mantengo. Recuerdo una temporada que le tenía mucho aprecio a la versión radiofónica de Telemadrid, allá por los tiempos de Joaquín Leguina, cuando Madrid en particular y el mundo en general eran otra cosa. Me gustaba especialmente un programa que emitían los sábados por la mañana, una cosa muy tontuela que incluía crónicas de un corresponsal, en realidad uno de los dos miembros del equipo, que se fue a pasar el año a Nueva Zelanda porque era lo más lejos que hay de Madrid. El tipo contaba cosas de aquel país como yo las cuento de Francia. Si es que está todo inventado.

Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo, dos tipos de valía.

Después de aquello me fui enganchando a la Cadena SER. Siempre me fascinó Iñaki Gabilondo. Me parece un tipo fuera de serie, con una capacidad de comunicar impresionante y con una cultura apabullante, nada que envidiar a Luis del Olmo. Yo de mayor quiero ser como él. Cuando dejó "Hoy por hoy" para irse a Canal + me fastidió bastante y pensé que la radio había dejado de tener sentido para mi pero he de reconocer que el bello Francino ha conseguido recuperarme para la causa. La cosa llegó a un punto en que tenía la radio puesta todo el día, siempre en la misma emisora. A veces la escuchaba, a veces no. El efecto más sorprendente era mi capacidad de acumular inconscientemente información deportiva, una cosa que en general me importa un comino. He llegado a mantener una animada conversación con un taxista a cuento de los fichajes del Atlético de Madrid, yo, que no he visto más allá de cinco o seis partidos de fútbol en mi vida y me han parecido aburridísimos casi todos.

Francinorro, 53 tacos y casi tan buenorro como yo mismo

Aquí en Francia sigo con mis costumbres radiofónicas. He intentado seguir alguna emisora francesa, un poco por la afición y un poco por aprender algo de la parla de los gabachos. He encontrado una que me gusta, se llama Europe 1 y parece una versión francesa de la SER. De vez en cuando escucho, de camino al trabajo, un programa de información que presentaba un tal Marc Olivier Fogiel pero que creo que se ha vuelto a la televisión que pagan más. El problema es que la emisora emite en francés como suele ocurrir con las emisoras francesas, entiendo como la mitad o menos y me produce más frustración que apasionamiento así es que, gracias a la internet, el wi-fi y el iPod touch continúo enganchado a la radio española que es la que me pone verdaderamente. De este modo todas las mañanas salgo de casa informadísimo sobre el tiempo en Madrid, el último motivo de discordia en el Congreso y la gelificación del tráfico en la M-30, ahora conocida como "Calle 30", la misma mierda con distinto nombre. Así bien informado enfilo el Boulevard de Coubertin, caminito de Saint Herblain. Me gusta el toque surrealista.

Pues el caso es que andaba yo un poco hastiado del descaro con que criban la información en la SER. No se me malinterprete, yo ya sé que cada medio criba la información en favor de su ideario, más concretamente conforme al de su patrón. Así llega a ser bochornoso en ocasiones el comportamiento de algunos medios. Mi cadena SER, por ejemplo, fue ardiente defensora de ZP hasta que este se la jugó con los derechos del fútbol a Canal +. En ese momento ZP pasó de ser un astuto político de fino olfato y profundo sentir social-demócrata a una especie de patán, improvisador, incapaz de perpetrar una "O" armado de un canuto. Bochornoso, ya digo. Luego está lo de Gemma Nierga. Antes me gustaba pero ha llegado a un punto de cursilería, de repollez y de progresía de salón que me pone malito. Y así fue que me lancé a buscar nuevas praderas en las que pastar y mira por donde fui a prestar atención nada menos que a Federico Jiménez Losantos, Fedeguico, adalid del facherío más recalcitrante y archienemigo de la izquierda, un tipo que a nadie deja indiferente.

Gracias a esa bendición tecnológica que son los Podcast consigo recuperar el programa de Fedeguico, que se emite a partir de las seis de la mañana, para luego escucharlo en mis tardes de gimnasio mientras me entrego a la quema desaforada de calorías y a la elevación del espíritu merced a la mortificación de la carne. He intentado escuchar a Fedeguico de buena fe, sacudiéndome los prejuicios y he llegado a algunas conclusiones interesantes o cuando menos sorprendentes y espero que provocadoras para mi parroquia mayoritariamente socialista, socialista versión española, no la de verdad que de esa ya hablaremos otro día.

Fedeguico, además de su programa de radio, "Es la mañana de Federico", escribe una columna en el diario El Mundo (también conocido como el diario Inmundo). El Fedeguico de La mañana y el de El Mundo dicen lo mismo pero lo hacen en un tono diferente. En su Mañana, Fedeguico, estrella absoluta del show, interpreta un personaje, un viejo periodista, fogueado en mil batallas, más macho que la hostia y por encima de todo un tipo honrado y tremendamente indignado. En la columna del periódico Fedeguico personaje no está y sólo queda de él lo que creo que es a nivel profesional, un tipo cultísimo, formadísimo y enteradísimo de la actualidad y de la política en España y fuera de ella, con unas simpatías políticas muy evidentes que además escribe bastante bien, muy asequible y muy claro, no como Pedro J que larga unos bodrios alambicados de cagarsen. Me voy a centrar en "La mañana de Federico" puesto que mi interés aquí y ahora es hablar de radio y no de prensa escrita.

"La mañana" da la impresión de ser un programa de factura relativamente económica. Tiene patrocinadores fuertes, como La Caixa o El Corte Inglés. Lo de los primeros tiene su aquel y es la demostración palmaria de que el dinero carece de ideología y sentimientos puesto que el catalanismo es uno de los objetivos de Fedeguico que sin embargo consigue sortear con gran habilidad el hecho de que La Caixa lo es de estaveis i pensions, es decir, más catalana que una coca. El programa se estructura en varios bloques, todos construidos en torno a la figura del insigne periodista que es asistido por varias mujeres de cálida voz, Rosana Laviada, Isabel González y Maite Loureiro, que aportan al conjunto un toque muy profesional. Sobre todo me llama la atención como las tres periodistas son capaces de asistir a Fedeguico apoyando sus argumentos sin apasionamiento y sin parecer unas piradas absolutas. Y es que yo creo que eso es lo que pierde a Fedeguico, que es un histriónico y por extensión un faltón y un chulo peor incluso que mi amigo J. Así le va que se pasa la vida de juzgado en juzgado y más que vendrán si insiste en llamar inútiles y golfos a los jueces, un colectivo que nunca se caracterizó por su tolerancia ni por su sentido del humor.

De izquierda a derecha, Rosana Laviada, Isabel González y Maite Loureiro, las dueñas de las atractivas y profesionales voces que amortiguan las frecuentes salidas de tono de Fedeguico.


Fedeguico debuta a las seis de la mañana, para dar ejemplo, supongo, con una primera andanada de críticas que tienen por objetivo siempre al gobierno, a Rubalcaba y algo menos a los perroflautas y delincuentes del movimiento 15-M (sic). Esta embestida temprana es intensa pero corta y a eso de las seis y veinte se retira Fedeguico a tomar un café, así lo declara, y a estudiarse la prensa para continuar repartiendo estopa a partir de las siete.

A las siete vuelve a la carga Fede, repitiendo los argumentos anteriores y añadiendo algunos nuevos. También suele ampliar el reparto de hostias, un reparto del que sólo se salvan Esperanza Aguirre y la monarquía, la primera por amor verdadero y la segunda porque hasta Fedeguico tiene límites. En serio, en una semana le he oído soltar perlas para los que era esperable y además para Rajoy, para Felipe González (al que parece tener un cierto respeto), para Obama, para su archienemigo Gallardón e incluso para el mismísimo Aznar y para la COPE, emisora que dice que se cargaron y de la que comentó que, como son católicos, tenían que poner la otra mejilla pero que la mejilla que ponían era siempre la suya [de él] (sic de nuevo). La tunda a los malvados se repite a las ocho y a las nueve. Siempre gira en torno a tres o cuatro argumentos que retuerce al máximo y que adorna con anécdotas, críticas, detalles históricos, insultos y muchos, muchos juicios de valor. Finalmente, ya pasadas las nueve, mantiene una tertulia sobre temas de actualidad de algo más de una hora de duración a la que siguen espacios dedicados a la historia, a la cocina y una crónica rosa en la que participa nada menos que Olvido Gara - Alaska. Como los medios de Fedeguico son modestos es él mismo quien facilita la información meteorológica que viene introduciendo como el consuelo de España porque es la única cosa buena que tenemos últimamente. Lo más insufrible de "Es la mañana" para mi gusto es el espacio de humor (?) que mantiene un grupúsculo de pretendidos humoristas que responden por "Grupo risa" en clara referencia al grupo PRISA, uno de los archienemigos de Fedeguico; pretenden ser el contrapunto de "Todo por la radio", el tronchante espacio de humor del programa de Francino pero estos del Grupo risa son como una pandi de maristas contando chistes en unos ejercicios espirituales.

Ya lo he dicho al principio pero me reafirmo en ello. Pese a su formato neurótico, encuentro muchas cosas buenas en Fedeguico. En "la mañana" se informa de hechos y noticias que otros medios comunican muy de pasada o que directamente ignoran. Por ejemplo gracias a Fedeguico he sabido que Iñaki Urdangarín cobró 300.000 € de la SGAE por un informe inexistente 1,2 millones más de Palma Arena por dos días de cursillo en los que se hablaba de la relación entre ocio y deporte, ahí es nada el temita, y por los que no cobraron ni un céntimo unos cuantos de los conferenciantes. Como ahora al parecer me he vuelto un facha, el hecho de no oír nada al respecto en TVE/RNE, Cadena SER o El País me hace sentir que me ocultan cosas y que me tratan como si fuese idiota. También me he enterado por Fedeguico que el encantador diputado de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, que ya me parecía un racista impresentable a cuento de las atrocidades que le escuché en la última campaña electoral autonómica, vive en una suite del Hotel Palace que le pagamos a escote los españoles; supongo que de pagar él, ya habría buscado un apartamento cerca de una boca de metro. Estoy profundamente de acuerdo con Fedeguico en que no es de recibo que una tipa justifique que el partido político al que pertenece se niege a participar en los actos de la Diada en los que ondee la bandera de España y que al mismo tiempo sea Ministra de Defensa del país al que hace semejante desprecio, es un despropósito, un abuso y una sinvergonzonería como mínimo. Comulgo con Fedeguico en la idea de que dos ministros del gobierno (Chacón y Caamaño) y el presidente del TSJC animando a pasarse la sentencia del mencionado tribunal y la propia constitución española por el forro de los cojones debería ser causa para su cese inmediato cuando no para llevarlos a los tres a juicio junto a Artur Mas que ha declarado sin ningún recato que no piensa acatar la sentencia. Suscribo las palabras de Fedeguico cuando la emprende contra el impuesto de patrimonio aduciendo que es ilegal porque cobra impuestos dos veces sobre lo mismo porque es verdad, porque afecta sólo a las clases medias porque los ricos rara vez son dueños directos de lo que disfrutan, normalmente lo poseen empresas. Y así tantas cosas.

Por último hay que decir que Fedeguico es un tipo que se ha enfrentado a los individuos más poderosos de nuestro país encabezados en este caso por la familia Polanco y Juan Luis Cebrián y ha sobrevivido. Le quitaron el trabajo, le censuraron, le pusieron en el punto de mira y aún así ha sido capaz de montar su propia emisora de radio y ahí sigue, aguantando como un jabato después de tres años. Te puede gustar más o menos Fedeguico pero eso no lo hace cualquiera, no señor.

Es bueno que haya Fedeguicos rompiendo la armonía y la atonía y es bueno prestarles oído y atención, aunque sea de vez en cuando. Te hacen pensar, te cuentan lo que otros te ocultan, otros que a su vez te cuentan cosas que Fedeguico no y así puedes hacerte una idea algo más aproximada, que nunca precisa, de la realidad. Yo recomiendo que lo escuchéis intentando abstraerse del personaje y atendiendo a sus buenas razones y las noticias que otros ocultan. También hay una buena dosis de estupideces en Es la mañana de Federico pero ¿dónde no las hay?

Federico Jiménez Losantos, un tipo que vale la pena si sabes sacudirte los prejuicios y mirar más allá


lunes, 12 de septiembre de 2011

La Guerra de las Galaxias

Una película que ahora no llama mucho la atención, el guión es un poco soso y los efectos especiales muy simples y muy cutrillos. En la pantalla del televisor cantan mucho. Es que es una película vieja, de 1977, y a estas alturas, 34 años después, estamos ya ahítos de de efectos alucinantes y de hechos espectaculares en la pantalla. Sin embargo La Guerra de las Galaxias es una película que marcó el comienzo de muchas cosas, a saber, las pelis de peleas galácticas, el frikismo, la fortuna de Geroge Lucas... Yo recuerdo cuando la vi en fechas de su estreno. Fue precisamente en ese año, 1977, en un cine de Elche (Alicante). Eran vacaciones de verano y andábamos por allí. Mis padres decidieron llevarnos aquella tarde al cine y fuimos a ver La Guerra de las Galaxias. Recuerdo perfectamente la sala, con unas luces en forma de arco que cortaban el patio de butacas transversalmente y que se fueron apagando una tras otra en el momento en que empezaba la película. Ni hecho a posta, vaya. No sé que recordarán mis hermanas de aquello, ni siquiera si lo recordarán; aunque nos llevamos pocos años, 2 con la mayor y 4 con la siguiente, a esas edades sí que se nota esa diferencia y lo mismo a ellas les produjo menos impresión que a mí. Yo por mi parte me quedé profundamente impactado y sobrecogido. Aquello me pareció la más sublime historia jamás contada y una proeza técnica inigualable. Cada detalle de la película, los rayos láser, las espadas de luz, el ajedrez holográfico, todo, todo me parecía una maravilla y me preguntaba cómo era posible realizar semejantes proezas visuales. Claro, en un mundo en el que no existían los ordenadores, aquello era algo absolutamente apabullante.

Por todo lo que cuento no deja de tener su gracia que, transcurridos esos 34 años, mi hijo de 12 sea un rendido admirador de la saga galáctica. Ya no es lo mismo, ahora hay seis largometrajes y una serie de dibujos animados y el simplón y clásico guión del golfo aventurero espacial Han Solo redimido por el amor de la princesita Leia, se ha convertido en un retorcido culebrón estilo Manga bastante insoportable. Todo eso se acompaña de todo tipo de merchandising, muñequitos de Lego que pagan royaltis (y se los cobran a los padres y familiares de los usuarios) y toda una galaxia, valga la redundancia, de tebeos, muñecos, cartas, cromos etcétera que mantienen viva la llama y el negocio. Fue precisamente la insistencia de Guillermo, que es obsesivo y monotemático, la que descubrió un cierto deje friki-galáctico en Lou y Eduardo, amigos de aquí, a los que más tarde se sumó Javier (más de lo mismo) dejando claro que estábamos ante una tontada que fascina a los varones y deja impertérritas a las damas. Unas cosas llevan a otras y en un momento dado sugerimos hacer un cine-forum aquí en casa, por cuenta de La Guerra de las Galaxias. Decidimos eso sí, hacerlo con la buena, la original, la del cine de Elche, la que se conoce como Episodio IV, en la que se puede ver a un Harrison Ford que sólo necesitaba afeitarse un día de cada tres porque ni barba le salía de puro joven.

La cosa ha tardado porque las agendas de viajes de Lou y Eduardo estaban cargaditas y había un verano por medio pero finalmente, ayer, fue el gran día galáctico. La historia consistió en organizar una merienda-cena en la que todo el mundo aportase algo, preferentemente de su tierra para ver después o durante, la película que hace algunos meses ya, compramos en el FNAC de Nantes. Empezamos con algunas perturbaciones. Yo escribí un correo explicativo convocando entre las siete y media y las ocho, advirtiendo que el pase de la película era a las ocho y media lo más tarde. Lou interpretó que habíamos quedado a las ocho y media, Mónica ni lo leyó y se tomó la interpretación de Lou al pie de la letra y Silvia y Eduardo fueron los únicos que lo entendieron. También advertí que era conveniente no exagerar con la comida con similar resultado al de las horas: de haberlos tenido a mano, podríamos haber alimentado a media Somalia. Yo hice una ensalada de pasta (que se la escuché al mismísimo Miguel Bosé y que tiene mucho éxito) y otra que aprendí en Bélgica y que allí te ponían en la carta de los restaurantes como warme geutekaas salad, lo que viene a ser una ensalada templada de queso de cabra que lleva el queso de cabra y unas cuantas cosas más. Mónica, presa de un ataque de navarritis, se presentó cargada con unas palmeritas saladas absolutamente deliciosas, unos pimientos de piquillo al horno y unos mi-cuits de chocolate. Silvia y Eduardo se presentaron con una crema de zanahoria y un pedazo de tortilla de patatas que estaba de muerte. Pero lo más tremendo fue lo de Lou. aparte de traerse todas las existencias de Samuel Adams (una cerveza muy famosa y típica de Boston) disponibles en Nantes, se dedicó a cocinar una especie de codillo todo desmigado y cocinado a fuego lento con qué sé yo cuantas cosas más además de una serie de salsas y condimentos. Con todo esto se montaban una especie de hamburguesas hipercalóricas pero muy buenas. Aparte de las Sam Adams y alguna que otra cerveza belga nos despachamos una botellita de Protos y otra de Marqués de Cáceres que a nadie dejaron indiferente, finalizando la fiesta con un viaje de ese ron tres vieux de Martinica que tan popular se está haciendo en mi vida.

Aquí algunas de las viandas consumidas, concretamente la carne de Lou y el micui de Mónica

Algunas escenas de la noche. La de abajo me está costando cara si bien no sé por qué

La verdad es que todo transcurrió muy bien. Nos pusimos "morados", hasta tal punto que la película quedó reducida a una excusa para comer y beber. No obstante la vimos. Yo me enteré regular nada más pero porque me senté así lateral a la pantalla, no por ningún tipo de exceso. Terminada la película, la cosa no dio mucho más de sí y nos retiramos. No he tenido conocimiento de que nadie se haya accidentado de regreso a casa así es que lo doy por bueno.

Gente celebrando


miércoles, 7 de septiembre de 2011

V

Hace algunos años había una serie en TVE que se llamaba así, "V". "V" era "v" de "visitantes". Los visitantes eran unos extraterrestres de apariencia humana, muy destacable la presencia de unas pedazo de jamonas tremendas que hacían de enganche para los espectadores masculinos y que ocupaban papeles importantes dentro de la serie. A la hora de la verdad las pericas aquellas resultaban ser unos lagartos antropomorfos que fingían ser humanos y que daban como asco, sobre todo cuando abrían unas bocazas brutales para tragarse sin dudarlo unas jugosísimas ratas de alcantarilla que suspendían por el rabo dejándolas deslizar con delectación hacia el interior de su tracto digestivo. Sin duda aquella combinación tía buena-ser repugnante contenía un mensaje subliminal (o menos) fuertemente moralizante, muy propio de católicos y americanos y más aún de católicos americanos. Esta diarrea mental viene a cuento de que estamos en temporada de visitantes, algo que conocemos bien todos los que vivimos en un lugar diferente de aquel en el que residen familiares y amigos. Yo mismo he sido visitante, concretamente cuando J hacía su postdoc en Nueva York allí nos presentamos P y yo y le ocupamos su apartamento de Manhattan durante unos cuantos días, yo creo que cerca de dos semanas nada menos. Esto lo cuento para reforzar de antemano una idea que quiero que quede muy clara y es que los visitantes no molestan, son queridos y bien recibidos y siempre es deseable tenerlos. Lo que ocurre es que las visitas dan pie a situaciones que, convenientemente desfiguradas, tienen su puntito de risas que es finalmente uno de los objetivos de este mi humilde blog. Si con todo alguien se me molesta puede calzarme un par de hostias cuando me tenga a mano. Dicho está.


La joven hambrienta

A nuestra primera visita de la temporada ya la mencioné hace algunas entradas, se trata de Mari Mar, en adelante MM, que no me quiero eternizar escribiendo nombres. MM es amiga de P desde hace 20 años o cosa así y es una persona que ha pasado por varias etapas en su vida, ninguna de ellas caracterizada por la discreción. Probablemente es ahora cuando más modosita y recatada está. Por si a alguien le sirve de pista, MM apareció en mi boda con un atuendo tal que casi todo el mundo identificó con un traje regional canario, empezando por mí que no dejaba de preguntarme a quien coño se habían traído mis abuelos de Tenerife. La verdad del asunto es que en aquel tiempo le había dado por ser musulmana y el sombrerito de paja hacía parte del tocado con el que ocultaba la cabeza cuya exhibición en la mujer es algo muy pecaminoso según la morisma. Hoy en día come morcilla de Burgos con mucha alegría y ya tiene superado el Islam. MM en la actualidad mide alrededor de 1,60 y pesa algunos kilos más que yo, que como sabéis no soy una sílfide. Remata el cuadro un impenitente y continuo consumo de cigarrillos en una cantidad que debe rondar los 20 diarios.  MM es una persona de costumbres muy arraigadas, a saber, se levanta a las cinco de la mañana, come cinco veces diarias en horarios tempraneros y se va a la cama entre la nueve y las nueve y media. Los hechos más destacables de MM son su necesidad de hacer tomas cada poco y la consiguiente de hacer aguas con similar frecuencia. Se toma un desayuno, se toma otro, se toma dos barritas energéticas, se toma un café, se toma un menú completo... Esto lo hace con P, que tiene confianza. Conmigo se acojona y se porta con mucho más sufrimiento, no se queja de nada y reduce sensiblemente las tomas. No sé que le da miedo de mí pero pienso que si conviviese un par de meses con todos nosotros lo mismo la adelgazábamos un poco. MM ronca  con poderío, nada que envidiar a mi amigo F pero yo casi no la oigo porque caigo en coma según me deposito en la cama.

Aquí nuestra visitante a la entrada del Partido Socialista en Nantes

A MM la paseó su amiga por Nantes y pedanía, donde hizo tomas y tomas sin cesar. Le cogió mucha ley a los desayunos de La Cigale donde se presentó varios días para hacer la segunda toma, que la afamada Brasserie no abre hasta las siete y media. Conmigo estuvo en Angers pero eso ya lo he contado.

La visita de MM duró una semana. Se portó muy bien y nos cocinó una noche. Tiene buena mano, muy buena.


Desde Pamplona con amor


La segunda visita del verano fue Paula (Pa) con su familia ya referidos en una entrada anterior como los Pérez-Nievas Navas Serrano de Cizur Menor. Estuvieron en casa durante la segunda semana de julio coincidiendo con que los míos estaban en Madrid regalándose con los gases de los escapes de los coches y el calorazo horroroso con que mi ciudad obsequia en verano a propios y extraños sin distinción.

Los PNNSdCM se presentaron en Nantes el 11 de julio, tras pasar unos días en Arcachon y La Rochelle. Ya les había advertido que yo trabajaba hasta las cinco y media y que se lo tomasen con calma y disfrutasen del viaje pero Pa, fiel a sus costumbres, llegó antes de lo previsto lo cual me hizo salir con prisas del curro para no tenerlos tirados en la calle. Pa es la única persona que conozco capaz de poner nervioso al personal porque llega a las citas demasiado pronto.

Durante la instalación en su residencia temporal y pese a que la ausencia de mis allegados dejaba la casa en un estado técnico de vacío, el primer impulso de los PNNSdCM fue el de hacinarse los tres en la misma habitación. Igual les tenía que haber dejado pero se me hacía muy raro tenerlos amontonados en una habitación con el resto de la casa vacía. En fin, no sé si por no oírme o si porque me dieron la razón, conseguí que se expandiesen un poco más.

Los días con los PNNSdCM transcurrieron plácidos; acaso el hecho de pasar le día en el trabajo guardase alguna relación. No así las noches que eran amenizadas por el joven Joaquín Navas Serrano, de los Serrano Pérez-Nievas de Cizur Mayor (ó Menor, la verdad es que me pierdo y viendo los dos Cizures no es obvio), un niño prodigioso en muchos aspectos, calmoso y templado como su madre y chiquitín como su padre. A lo largo de la semana la parte más Pérez-Nievas del grupo se fue enfermando progresivamente: el pequeño J desarrolló una simpática infección en la boca que al poco consiguió reproducir su madre. Esta la perfeccionó combinándola con su proverbial hipotensión. La acción conjunta de la brutal infección bucal que le impedía comer con la bajada de tensión dejaban a Pa en una situación tal que daban ganas de darle unas monedillas para mitigar minimamente su aflicción. La catarsis tuvo lugar el día del Carmen, festivo en Francia igual que en España, aquí es le jour du Cagmen, que nos fuimos todos a la playa de La Gobele que viene a ser nuestra playa de cabecera. Ese día pasamos la mañana en un atasco terciado y la tarde huyendo de la marea que subía y subía. Esto hace que la bonita playa de La Gobele, espaciosa y tranquila durante la bajamar, se convierta en una especie de reconcentrado de Reus en agosto, cuando sube la marea reduciendo la superficie disponible a un tercio de la original con las previsibles y nefandas consecuencias.

Cansados de la feroz pelea por el espacio, sugerí yo ir a dar un paseíto por Le Croisic y si acaso tomar algo por allí. Una vez aparcado el coche en la pintoresca villa nos dispusimos al paseo. La sección Navas, encantada con su sufrida nueva figura, es presa de una fiebre consumista que le lleva a entrar en todo comercio donde encuentra ropa. En ello estaba cuando reparé yo en las ojeras violáceas de Pa (la sección Serrano), que le llegaban más o menos a la comisura del labio pero que combinaban muy bien con el color amarillo que se le había puesto en la cara. Fue entonces cuando me percaté de que en lugar de empujar la sillita del niño se agarraba a ella para no caer. Ese fue más o menos el fin de fiesta porque tras una breve discusión en la que juró estar en una condición física tal que le permitiría jugar la final del Seis Naciones de rugby (no especificó en que puesto si bien yo la veía de media melé) terminó en el coche camino de Nantes.

Tras unas cuantas visitas culturales, cenas y alguna copa, los PNNSdCM empaquetaron sus bienes y sus fiebres el 16 de julio y enfilaron el camino de regreso a Pamplona. Creo que por el camino disfrutaron de grandes dolores y de buenos atascos pero esa es otra historia y yo no la viví. Sí que hay que decir que lo de la infección bucal de Pa parecía una bagatela y la final la tuvo de baja laboral una semana. Como diría mi padre, esta niña no sabe qué hacer para llamar la atención. Por otra parte el concepto de disfrutar las vacaciones deberían revisarlo.

Los PNNSdCM en la playa de La Gobele derrumbados ante las infecciones variadas


Intrepid

En nuestro retorno de vacaciones madrileñas nos trajimos una visita más, los Alvarez-Provenchone, grupo constituido por cuñada María José (hermana mayor de P), cuñado Javier (esposo legal, oficial y único conocido de la anterior) y Victor (hijo de ambos). El viaje sin más sobresaltos que mis intentos de abalanzarme sobre los otros coches que circulaban por mi camino, cualquier ocasión es buena para jugar a James Bond. Los A-P conducen un aiga que te cagas, equipado con todo tipo de modernidades y con las cuádrigas de Ben-Hur y el tribuno Mesala juntas bajo el capó. A pesar de ello no fiaron el viaje al GPS y nos siguieron como una sombra los 1058 Km que separan la calle de San Romualdo de la rue Jean-Louis de Girodet. Tiene bastante mérito, sobre todo seguir a P que conduce como una turista finlandesa.

Los A-P vinieron a pasear por Nantes, salieron a cenar con nuestros amigos de aquí, otras cosas más que ignoro y por supuesto una visita a la playa de La Gobele. Una en la que participase yo pero creo que hicieron más. No sé si hicieron excursiones por ahí, sospecho que no se fían del GPS y no quieren arriesgar. Uno de los fines de samana nos fuimos a Clisson. Era un día lluvioso que comenzó con una visita matinal al centro. Les guiamos hasta la Place du Commerce y entramos en el parking a dejar los coches. A la vuelta salimos separados porque nuestro coche estaba alguna planta más abajo que el Intrepid (he decidido que el aiga se llama así). No tardamos en dar con ellos. Concretamente se habían atascado en la salida sur del parking porque el coche era demasiado largo para hacer el giro necesario para tomar la rampa de salida. Allí estaban con Javier intentando maniobrar, MJ dando instrucciones desde fuera y un franchu dando por saco desde su coche. El cuadro era curioso porque MJ se movía nerviosa alrededor del Intrepid y daba instrucciones a J, unas instrucciones que, o este ignoraba o eran muy malas porque el coche hacía un ora poquito hacia atrás, ora un poquito hacia delante pero con poco o ningún desplazamiento neto. P, contemplando la controvertida escena, me hizo acudir en socorro de sus consaguíneos, cosa que me pareció una gilipollez según puse pie en tierra dado que los superpoderes no me dan para coger el coche en brazos pero es que P es muy dada a sufrir en nombre de los demás. Iríamos por la maniobra 36 cuando por fin J consiguió desincrustar el coche. Detrás el franchu, para dejar patente su profundo hastío ante la falta de pericia del couchon espagnol, se había bajado del coche y contemplaba la escena sin hacer ademán de moverse para facilitar el trabajo del prójimo. Es que a estos franceses parece que les pesan mucho los huevos, no sé si lo he dicho alguna vez.  Tras el pintoresco episodio partimos hacia la medieval villa de Clisson sin más novedad.

El día de playa, por el contrario, fue soleado, ni un poquito de agua. En su línea habitual, mi niña fue protestando y, una vez allí, procuró taparse bien para no tener conciencia del mundo sin internet. G sin embargo ha decidido no imitar más el comportamiento de la hermana y ahora se dedica a correr, excavar, bañarse y demás actividades habituales entre los tipos de su edad cuando van a la playa. Por su parte el joven V se encuentra en una situación ambigua. Por una parte está su natural inclinación a comportarse más o menos como su primo; por otro, sus 14 años le impelen a comportarse como un indeseable y a reproducir las actitudes de su prima. En fin, un lío. Yo he intentado sacar una foto playera de mi cuñada para tirarme el pisto y presumir de pariente aparente pero lo cierto es que la playa a 19 ºC no anima mucho a lucir cacha así que lo que se ve abajo es todo lo que pude conseguir como imagen playera. A esto hay que sumar que los hermanos Provencio, al ser enfocados por un objetivo, sufren un brutal e incontenible impulso que les hace poner unas caras rarísimas así es que para sacarlos bien hay que hacer una labor de naturalista, es decir, esconderse entre la foresta, apuntar con cuidado y disparar cuando se despistan.

MJ, con chaqueta, y Javier, con gorra. La pierna es un misterio propio de un cuadro de Da Vinchi

Pasatiempo: Descubrir cual de estas Marijoses ha sido sorprendida por la cámara y cual se ha coscado de que el pesadito del cuñadito le estaba haciendo fotos.

Angelitos marrones

Ni blancos que son los más corrientes, ni negros, que también los quiere Dios. Marrones porque los traemos directamente de San Blas. Ángel, un prometedor joven de dieciséis añitos, amigo de Laura, ha sido nuestra última visita de la temporada.

Ángel apareció por Nantes a las nueve de la mañana de un sábado, concretamente del sábado 20 de agosto, y nos acompañó hasta el día 31, miércoles, que tomó el vuelo de regreso a Madrid a las 7 y media. Sí, sí, de la mañana.

La llegada de Ángel nos permitió descubrir una novedad de los nanteses: En ocasiones los paneles informativos del aeropuerto mienten. Tras media hora de infructuosa espera ante la puerta de salida número dos, la señorita de información me aclaró que había un error y que el avión de Madrid llegaba por la otra terminal. Tras semejante demostración de fiabilidad por parte de los responsables aeroportuarios decidimos aprovechar nuestra ventaja numérica y repartirnos por las distintas puertas de llegada. Gracias a eso conseguimos dar con nuestro visitante que nunca llegó a sospechar lo cerca que estuvo de quedarse en un aeropuerto extranjero sin nadie esperándole y sin hablar el idioma local.

Ángel es un chico deportista, con un aspecto muy decente, buen muchacho en general. Está afectado por el mismo tipo de tontuna que su amiga mi hija, calculo que es por eso que son amigos. El caso es que hablas con él y parece un tipo sensato y maduro, por eso resulta un poco chocante que sus inclinaciones sean similares a las de mi niña, es decir, metidito en casa mirando el mundo a través de la internet, casi había que echarles para que viesen un poco de la ciudad.

Aquí Ángel, aquí unos lectores. Atención al pedazo de tío bueno de la sudadera negra que camina detrás.


De las cosas que hemos descubierto gracias a Ángel es lo que puede llegar a devorar un adolescente. Este es tremendo, se lo come todo, todo le parece buenísimo y si puede, pide más. Nos horroriza un poco pensarlo porque Guillermo es más grande que él (en proporción) con lo que es probable que dentro de cuatro años tengamos que vender un coche para comprar comida que echarle al niño.

El segundo fin de semana de la estancia de Ángel nos fuimos a hacer un poco de turismo en familia, fundamentalmente para que los padres de nuestro visitante no pensasen que éramos un par de indeseables y de cutres que habíamos tenido a su vástago encerrado en casa diez días sin darle oportunidad de conocer mundo. El plan consistía en levantarse temprano, ir hacia el norte con una primera parada en Dinan, continuación a Saint Malo y si hubiere ocasión, visita final a Mount Saint Michel, ese castillo tan hermoso que está en una isla a la que sólo se puede acceder cuando baja la marea y que sale en todos los folletos de promoción turística de Francia.

Ya empezamos torcidos porque a mis niños les revienta lo del turismo. No pueden entender que haya que salir de casa para ver sitios. De hecho, a lo largo del día, mi niña soltó que a ella todas las ciudades le parecían iguales, momento en el que tuve grandes deseos de apretarle el cuellín. A eso hay que sumarle que les hicimos madrugar ¿puede haber algo más desesperante que levantarse temprano un sábado para ir a ver lugares absurdos?

Dinan es una ciudad medieval muy hermosa, con su muralla, su catedral y sus casas y callejuelas pintorescas. El recorrido de la ciudad está bien organizado si sigues el plano que te facilitan en la oficina de turismo. La visita la completan un sinfín de tiendas de souvenirs y de produits regionaux, una cosa de lo más bretona además de recomendable porque suelen estar muy ricos. En Dinan comimos en una crepería, algo que Ángel no conocía, y descubrimos una cosa curiosísima, la Breith-Cola, que es una especie de Coca-Cola pero desarrollada y producida en Bretaña. Yo conocía la Tropicola, versión cubana de la Coca-Cola elaborada con clara intencionalidad política pero el caso bretón no lo acabo de entender. Esto da idea de la flojedad de juntas que se encuentra en los cerebros de los franceses.

La Breith-Cola existe, no es una leyenda urbana

De Dinan continuamos a Saint Malo con la esperanza de que a nuestros jóvenes les impresionase una  ciudad tan bonita, de piratas, reconstruida con mimo y también así como pensada para rodar películas de ambiente histórico. La llegada a Saint Malo fue un tanto atropellada porque unos 200.000 franceses y varias docenas de británicos habían pensado lo mismo que nosotros con lo que la cosa no estaba fácil ni para aparcar ni para moverse en general. Abajo he puesto unas cuantas fotos de los lugares visitados para que todo el mundo entienda hasta que punto resulta hiriente que lo que más impactase a mi niña fuese una camiseta ilustrada con el control de un iPod clásico. Jodidos niños.



Unas fotos de Dinan y de Saint Malo

Intentamos continuar hacia Saint Michel pero el atasco llegaba a 15 Km de la isla así que entre eso y el entusiasmo de la tropa, decidimos regresar a casa. Queda Saint Michel para cuando vengan adultos, siempre y cuando lo hagan antes de julio o a partir de septiembre.

El célebre Mount Saint Michel. Por cierto, es donde me hice la foto que aparece en el blog, la de "Yo aquí"


Ángel se marchó como he dicho el día 31 a las siete treinta de la mañana. Se perdió las fiestas de la ciudad que comenzaron el día 1 de septiembre y de las que ya hablaré otro día.

Como dije, las visitas están bien, te animan la vida y te dejan cosas que contar. Podéis venir cuando os plazca que estaremos encantados de recibiros.