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miércoles, 22 de diciembre de 2010

La Lotería, heraldo de la Navidad

Cuando después de veinticinco minutos viendo la consabida alegría de los premiados Pepa Bueno ha anunciado que todavía faltaban no sé cuantos cuartos premios y todavía más quintos he decidido que ya tenía suficiente y que era llegado el momento de cambiar de actividad y en eso estoy.

Hoy me han pedido que hable de lo que me gusta y de lo que no me gusta de la navidad. Es complicado porque de esa fiebre anual que se llama navidad no me gusta prácticamente nada desde que me hice mayorcito. De hecho ya no me queda ni el incentivo del regalo porque ya hace años que nadie me regala nada por navidad pero vamos, que eso es un tema menor. Me disgustan bastantes cosas: la felicidad y la solidaridad impostadas, los ataques compradores, el dispendio en general, la ingesta desaforada de todo tipo de comidas y bebidas, los atascos de tráfico... ¡ay los atascos! Una de las cosas que peor llevo de la navidad es la lotería, probablemente lo que más después del anuncio de Freixenet. Y analizando, analizando, llego a la conclusión de que lo que me desagrada de la lotería es que no tienes posibilidad de elegir, hay lotería y hay lotería y no es socialmente aceptable que a uno no le interese. Te venden lotería en la empresa, en la universidad, en el bar, te persiguen durante meses y finalmente el razonamiento es lo mucho que te vas a arrepentir si dices que no y resulta ser el número premiado: La suerte llamó a tu puerta y tú no quisiste abrir, gilipollas. Y mira, los españoles a ser pobres estamos acostumbrados pero lo de quedar como gilipollas es que lo llevamos de mal... Así que compras, todo el mundo cae y compra. Yo sé que hay gente a la que le gusta. Lo respeto, no lo entiendo pero lo respeto. Gastarse un dinero en comprar un papelito que te cambian por mucho más dinero siempre y cuando una bolita salga por el orificio-aliviadero de un bombo me parece falto de emoción. No sé, pienso que apostar a un boxeador, que siempre puedes azuzarle ¡mátalo, mátalo, machácale el hígado! o a un caballo que corre o incluso a un equipo de fútbol, pues tiene un intríngulis y una tensión pero a un sorteo que lo más me recuerda a los problemas de Estadística y Probabilidad como que no lo veo. Pero ya digo, cada uno es cada cual y hay que respetarlo. Si todo el mundo se comportase así la lotería de navidad dejaría de ser el coñazo que es. Habría despachos de boletos a los que entraría quien realmente quisiera y no existiría el acoso y derribo al que nos vemos sometidos los estúpidos y los raritos.

¿Para cuando Belén Esteban de burbuja?

La segunda parte del emplasto lotero tiene lugar el día del sorteo propiamente. Desde que recuerdo el sorteo de lotería de navidad viene siendo lo mismo, los niños de San Ildefonso, el soniquete, el salón de loterías y la colección de premiados que pierden todos la compostura, hacen el indio delante de la cámara y siempre declaran lo mismo "para tapar agujeros y algún antojillo, nada más". Da igual lo que ganen, todos hacen lo mismo y dicen lo mismo y así llevan más de cuarenta años, doy fe. Pues nada, hoy no he podido oír el programa de Francino porque retransmitían el sorteo ¡Dios, el sorteo en directo, me muero de emoción!, no he podido ver cocinar a Mariló porque TVE ¡retransmitía el sorteo en directo! y el telediario ha ocupado el 60% de su tiempo con el manido retrato de los felices ganadores. Y el final siempre lo mismo: "Para los que no halyan ganado queda es sorteo de El niño" Y luego está aquello de "El niño tiene menos fama pero deja mucho más dinero". Lo bueno es que mañana se habrá pasado y todo volverá a la normalidad relativa de estas fechas entrañables.

Con todo hay dos o tres cosas que me hicieron gracia respecto a la lotería navideña. Una fue aquella individua que no compró lotería en la empresa y tocó el gordo. Creo que se la llevaron con un ataque de nervios. Literalmente. En realidad la chica sí que jugaba a la lotería lo que pasa es que jugaba "a que no toca", una modalidad de juego en la que se gana más frecuentemente, aunque menos dinero, pero en la que, ojo, también se puede perder como le ocurrió a esa pobre. Otra cosa que me llama la atención es la creciente afición del personal a disfrazarse para ir a escuchar el sorteo. Tampoco lo entiendo pero no deja de ser una nota de color que siempre se agradece.

En fin, intentaré pensar en positivo y dar con algún evento navideño que me de gustito.

Sueltos

Tengo una amiga que creo que me lee. Mi amiga acaba de pasar por una mala experiencia, esperaba algo que finalmente no se ha cumplido. Yo lo he sentido mucho aunque nunca tanto como ella. No obstante mi amiga es joven y brava y le sobran tiempo y energías para conseguir lo que anhela. Fuerza y honor querida y no olvides que la perseverancia tiene premio.

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Estoy viendo una serie de relleno en TV. Es una cosa curiosa, se trata de una de esas miniseries que están a medio camino entre una teleserie y un largometraje. Esta versa sobre la historia de un bandolero catalán, un tal Serrallonga, que según cuentan campeó por las sierras catalanas en el siglo XVII y de quien jamás había oído nada hasta el día de hoy. Parece ser que el tipo existió realmente, que robó lo que pudo y que acabó francamente mal, me lo puedo imaginar a tenor de la insensibilidad que caracterizaba a la gente en aquel tiempo. Esta serie es de TV3, heraldo de la catalanidad y saca un Serrallonga que es una mezcla de Robin Hood (versión Errol Flynn), Aguila Roja y Pep Guardiola. El actor principal, Isak Ferriz, me recuerda al portavoz de los controladores, César Cabo. Como no podía ser de otra manera, Serrallonga es una bellísima persona que por ayudar a los pobres está continuamente dándose trompadas con los perversos esbirros del Rey de España que dicho así, suena como un monarca extranjero cuyas tropas malignas ocupaban la santa tierra de Cataluña. Sospecho que la verdad era muy distinta pero a quien le importa la verdad que además es tan molesta para hacer patria y legitimar el deseo independentista de los políticos catalanes que quieren que todo el mundo pase por el aro. Yo tengo una versión diferente de las cosas y como este es mi medio pues voy y la cuento y a quien no le interese que cambie de canal o escriba quejándose. Voy allá:

Serrallonga, a la sazón Joan Sala i Ferrer era un pobre desgraciado, uno de tantos, nacido pobre en una tierra sin ley que entre la miseria y la desesperación tiró por el camino de en medio y se echó al monte a robar. ¿Y dónde había dinero en esa época? Pues en las manos de los recaudadores de impuestos. Los catalanes de entonces pagaban las guerras que su señor el rey, que lo era de Castilla, Aragón y Navarra, nunca de España, mantenía en Flandes; los castellanos además de pagar impuestos formaban parte de los tercios que se batían el cobre en los barrizales flamencos mientras los aragoneses estaban dispensados de contribuir con tropa. Es que en Castilla siempre se gozó del favor real. Con estos ingredientes los guionistas de TV3 fabrican un héroe nacional. Un día le trincaron los somatenes, le sacaron el apéndice por la nariz y como fin de fiesta lo ahorcaron en Barcelona. Uno de tantos. Lo siento por él porque debió pasar un rato bastante malo. No voy a poder ver el segundo capítulo pero me juego algo a que a Serrallonga lo matan por rebelarse contra "el rey de España".

Isak Feriz y César Cabo, dos versiones de Robin Hood a la par que dos bellezones

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Creo que Antonio Muñoz Molina se ha incomodado con El País por cuenta de que la cabecera de PRISA le ha dedicado la portada del semanal a Belén Esteban. No voy a entrar en eso (de momento) pero el caso es que unas cosas llevan a otras y he acabado en el blog de Muñoz Molina. Lo recomiendo vivamente, eso es escribir bien y no lo que hacen otros pringaos.

http://xn--antoniomuozmolina-nxb.es/category/escrito-en-un-instante/


Y puestos a recomendar, recomiendo también este:

Moncloa Palace

A G le gusta mucho, si bien G tiene gustos un poco peculiares para su edad.

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He oído la que se ha montado por cuenta de la llamada "Ley Sinde" para protección de la propiedad intelectual, lo que viene a ser contra la piratería. No he sabido por qué todos los políticos la rechazan salvo en el caso de los nacionalistas catalanes que creo que pedían a cambio la gestión del aeropuerto de El Prat y felaciones gratis en cada visita a Madrit. Y mira que lo de El Prat todavía pero lo otro tiene un sesgo machista inaceptable y también impagable con esta crisis.

Entre todo el ruido y la tontería que se oye me ha gustado escuchar a Alex de la Iglesia que ha venido a explicar que en las famosas páginas de intercambio, esas que se usan para el pirateo, te cuelgan un banner y hay en consecuencia gente haciendo dinero en base al robo de la propiedad intelectual. Yo ya sé que bastantes de mis amigos "se bajan" música y películas de la red. A mi eso me parece robar y no entiendo que tanto internauta se ponga de uñas porque le intentan "recortar su libertad" de cambiar gratis sus ficheros con otros "propietarios" cuando la realidad es que pretende llevarse gratis lo que otros producen con su trabajo y arriesgando su dinero. Imaginemos que dos personas intentan entrar en una sala de cine, una da la entrada y la otra, al ser requerida por el portero responde que no tiene entrada porque va con su amigo y piensa sentarse en sus rodillas sin ocupar otra butaca. ¿Absurdo no? Pues a ver por qué si es normal que paguemos por entrar al cine no nos parece lógico pagar por ver la película en el ordenador.

Me acabo de enterar que se ha rechazado la ley. Mala suerte para los que viven de vender sus obras.

viernes, 17 de diciembre de 2010

¿Vivir en el extranjero agilipolla?

En casa vemos mucho "Españoles en el mundo". Lo vemos por dos motivos, uno porque somos consumidores de TVE Internacional que es la que más se ve en la casa cuando conseguimos arrebatarle a Guillermo el mando de la televisión y dos, porque es imposible resistirse a un programa con ese título cuando vives fuera del país. Por si alguien no sabe de que va o no ha caído en ello, "Españoles en el mundo" trata de individuos nacidos en España que por diversas razones viven en otros países si bien la mayoría es por trabajo o porque dieron en liarse, en ocasiones casarse, con un nativo del país que toque ese día. Los lugares que sacan son de lo más variopinto, hoy tenemos Israel y Chicago pero así que se me vengan a la cabeza he visto españoles que viven en Islandia, Francia, Rusia, Groenlandia, etcétera, etcétera. Alguna vez sale gente maja y normal, bien podrían ser un cuñado pero no es lo más frecuente. Lo habitual es que el programa se convierta en un desfile de especímenes rarísimos que adoptan poses, acentos y actitudes de lo más anodino. Unos porque quieren estar como muy integrados. Otros porque son muy estupendos y muy ideales y superado el hecho diferencial que les corresponda por autonomía, han sido capaces de desarrollar el suyo propio y particular para ser ideales y diferentes. No contentos con eso dicen y hacen cosa extrañas de manera que al cabo de verlos/oírlos un rato te empiezas a preguntar si están bien de la cabeza en primer lugar y luego, mucho peor, si a ti te estará ocurriendo lo mismo. Hoy he visto a una tía que desplegaba el judío-show completo, incluidos rezos y exaltación de las tradiciones milenarias de los hijos de Israel. Lo mejor es que la tipa nació y se crió en España pero un día fue de viaje a Jerusalén y tuvo la iluminación divina de que aquella era su casa y claro, se quedó. Te cagas. También me han impactado profundamente un par de moñas, unos tipos rematadamente feos y con bastante pluma, que alababan la maravillosa vida de kibutz. Me ha sorprendido porque creo recordar que la prescripción del Antiguo Testamento para los homosexuales era algo así como escabecharles las partes blandas y quemarlos vivos. No sería esto exactamente pero desde luego se trataba de algo gentil y delicado, vaya. Luego me han sacado personal que vive en Chicago. Las mujeres parecen estar especialmente afectadas por ese afán de demostrar integración. Había una que al principio parecía gallega pero al cabo de un rato podía pasar por bielorrusa; otra había desarrollado un fuerte acento del Caribe pese a ser madrileña. En fin, raro, muy raro todo. Espero que a nosotros no nos pase nada de eso, lo encuentro de mal gusto.

Los protagonistas de Españoles en el mundo son gente en su mayoría a la que le ha ido bien. Los reporteros del programa les hacen siempre la misma pregunta "¿Piensas volver a España?" Y esto es lo mejor porque todos piensan volver pero algunos llevan diez años sin pisar por allí pese a tener buenos sueldos que les permitirían viajar sin problema. Me recuerdan a Sofía Mazagatos cuando le preguntaron por Vargas Llosa, no ahora con lo del Nobel sino hace ya algunos años. Sofía dijo que por supuesto le encantaba Vargas Llosa y que seguía con mucho interés su carrera. Preguntada Mazagatos por su obra favorita del autor, respondió que desgraciadamente, no había tenido ocasión todavía de leer ninguno de sus títulos pero que no obstante le seguía con gran interés. Pues esto es lo mismo, "hace quince años que no piso el país pero vamos, cualquier día vuelvo". Qué bobada.

Sofía con su perrito disponiéndose a leer a Vargas Llosa. Por lo visto el perro se tragó "Pantaleón y las visitadoras", "La ciudad y los perros" y "La fiesta del chivo" en un descuido de su dueña que claro, ya no los pudo leer. ¡Cachis!

domingo, 12 de diciembre de 2010

Vino francés

Este se lo dedico a Lucas Joaquín Arribas Gómez, que cumple hoy tres añazos (creo que son tres). Bueno, venga, y a su papá, que creo que, también hoy, hace cuarenta y seis.



Seis meses, seis llevo en Francia y todavía no he tenido ocasión de probar, de deleitarme con ese néctar de dioses que se supone es el vino del país del vino, Francia. Así de pronto se me ocurren una serie de razones que justifiquen esta ausencia, a saber:

  • No me dedico a ello, bebo vino en las ocasiones y los fines de semana, cuando cocinamos en casa. Supongo que una baja frecuencia en la cata disminuye la probabilidad de dar con cosas realmente buenas.
  • Uno está acostumbrado a los riojas, los riberas y los somontanos y la novedad siempre cuesta.
  • Como dice J, estoy lleno de prejuicios y cada vez que pruebo algo afloran.
Cuando uno es ignorante del vino en cuestión procura guiarse por lo que oye, que si Burdeos, que si Borgoña, por lo que le recomiendan y sobre todo, por el precio. Esto es importante. Yo me pongo en el súper y miro y busco vinos de siete euros mínimo. De hecho me fijo una franja entre siete y doce-trece, más que eso lo encuentro un poco excesivo y sólo lo gastaría para algo realmente especial como un agasajo a J ó a F ó supongo que a la mayoría de la reducida pero fiel parroquia si no a toda ella. Pilar y yo nos conformamos con menos, somos así de humildes y sencillos.

Mi relación con el vino francés ha tenido dos momentos estelares, el primero cuando estuve en el mercado de Talensac comprando unos vinos para llevar a una cena en casa de Lou. Dije que quería un tinto, a ser posible con uva merlot y que hubiese pasado por barrica, sin más. El encargado me recomendó rápidamente un Burdeos que, según dijo, sería muy del gusto de mis amigos norteamericanos. El caso es que a la hora de la verdad el super-vino de Bordeaux no era para tanto: suavón, sin cuerpo, flojito... que daban ganas de echarle gaseosa, vaya, tanto Burdeos y tanta historia para eso. A los americanos les gustó, eso sí, pero yo creo que estos se beben la lejía cuando se animan. El otro fue un vino tinto de Languedoc, creo que era, que ese sí que me supo bien pero se ve que habían comprado una partida en el E. Leclrec y cuando se les terminó, se acabó el Languedoc. También hemos tenido alguna experiencia buena, que no memorable, con especímenes de vino blanco de Borgoña pero vamos, mal resisten la comparación con un buen Somontano. La cantidad de vino de Burdeos que se vende es tal que resulta imposible que todo él pueda ser bueno y responder a los requerimientos organolépticos del célebre fluido. Para mí que debe haber como tres categorías, el que es como de tetrabrick pero en botella, el que bueeeno... y por último el que venden en cofrecitos de madera a 30 euracos la dosis, que no he querido probar hasta la fecha porque me ha parecido, como digo, excesivo.

Vino de Burdeos, del bueno.

En fin, que aquí estamos P y yo buscando vino español por Francia como posesos, que no es cosa fácil. El viernes fue día de mucha unción porque nos dejamos caer por el Carreful a hacer nuestras compritas y, ¡oh albricias!, había una estantería llenita de Marqués de Cáceres Crianza de 2007. Dos botellas nos llevamos y aún lamentamos no habernos llevado más. Es que sale a euros 6,5 y es estupendo.

Otra cosa que se ve últimamente bastante es el cava. Concretamente el Cordón Negro de Freixenet es relativamente corriente. No es de extrañar porque el célebre champán francés, aquí vin du Champagne, cuesta un pastón, lo menos a 25 ó 30 leuros, lo mismito que en el Hipércor. Así es que los catalanes se lo están haciendo muy bien y están colocando lo suyo a costa de ofrecer algo bastante bueno a un precio muchísimo más asequible que la versión original. En fin, que no es el Juve y Camps pero desde luego es muy superior a los champagne-like que venden los franchus, conscientes de que el precio del auténtico champagne no es compatible con el espíritu ahorrador (cutre-tacañazo, diría algún malintencionado y envidioso español) de este simpático pueblo.

Todo esto me ha llevado a una reflexión que creo empieza a arrojar luz sobre la pregunta que me ronda desde mis primeros días en Francia, a saber, ¿qué tienen estos gabachos que, siendo tan tremendamente parecidos a nosotros, les va sin embargo muchísimo mejor? Me parece que voy teniendo la respuesta. A los franceses lo suyo siempre les parece mejor. Si es francés es mejor. Si es francés es de ellos y siempre será preferible a lo de los otros, y esto es así aún en el caso de que lo suyo sea una mierda manifiesta. Y encima no tienen reparos en preferir públicamente lo suyo y en decirlo abiertamente. Creo que a los españoles frecuentemente nos parece mejor lo nuestro pero nos da vergüenza reconocerlo en público. Eso y los diversos "hechos diferenciales". Bueno, poco a poco. Seguiremos analizando.

PS a la del "copy-paste": Este no me lo "fusiles" que eres menor de edad y no debes andar por ahí hablando del vino y sus cualidades.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Hoy he dejado caer en una reunión que estaba considerando el hara-kiri como una salida viable

Esto igual lo entienden mejor los que estén familiarizados con el mundo de la empresa pero vamos allá

Pues eso, que estaba yo en una reunión. Yo es que soy un individuo que me reúno mucho. Luego ya trabajar de hacer el trabajo menos pero suelo estar reunidísimo. Entre reunión y reunión me dedico a repartir mandados entre los que no se reúnen más que cuando yo les llamo y disponen gracias a mi, de tiempo para currar, poder hacer algo productivo y que todos cobremos el sueldo. No era esta una reunión cualquiera de mindundis, no, era una reunión importante, de las que se usan para discutir la política de la compañía y tomar decisiones a largo plazo. La de esta mañana era una de esas en las que hay que ser muy listo (con parecerlo vale, tampoco hay que exagerar) y estar muy despierto todo el tiempo porque si te despistas un momento te empiezan a caer por todas partes. El tema versaba sobre la definición de los puestos de trabajo y estábamos atascados en las definiciones de Technitien, Assitant Ingenieur e Ingenieur, particularmente estos dos últimos. Al principio no estaba muy clara la diferencia entre ambos y yo me quejaba de que el Assitant Ingenieur es un tipo que cobra las horas extras con lo cual me parece peligrosísimo que tenga "autonomía" según se incluye en la definición y no sigo por ahí que esto ya lo conté en su momento, sólo decir que se cae de maduro el no dejar a un tipo que cobra las horas extras decidir cuantas hace, esto mismo es lo que han hecho en España con los controladores aéreos y ha acabado como el Rosario de la Aurora. Entonces es cuando he sugerido que se dejasen de hostias y que se hiciesen dos categorías nada más, Ingenieur y Technitien, que a todos los Assitant Ingenieur los hagan Technitien y que si hay que dar categorías para que el personal sienta que prosperan profesionalmente que podíamos hacer dos subclases de Technitien pero que, por favor, de autonomía nada. Entonces es cuando el jefe me ha mirado con cara de condescendencia, yo diría que pensaba "ah, petit couchon etrangere!" y Veronique, son chien et vrai chou-chou (quiere decir algo así como su esbirra y verdadera favorita) ha adoptado una expresión de "Tenemos el culo pelao de listos como tú" y en una envolvente coordinada me han explicado que:

  1. Si se nos ocurre decirle a uno que incluye en su título la palabra Ingenieur que va a pasar a nombrarse como la casta adyacente inferior, se lía la revolution.
  2. Que muchos de ellos han estudiado el Bachelorate + 5 (años de universidad, quién lo diría a la vista de las cosas que hacen y dicen) y que por lo tanto no toleran trabajar de algo que se llame Technitien.
  3. Que la palabra Ingenieur tiene en Francia una connotación social muy fuerte y que un Technitien es menos (socialmente) y que eso es sabido aquí [por Nantes] y en Tolouse, no digamos en París o en Lyon que son sitios de más tronío.
Así se quedó mi antecesor (también importado, como yo) tras leer el convenio laboral de este año


Y ha sido tras el tercer argumento cuando no he querido escuchar más y he soltado un "Si fuera japonés ahora mismo me hacía el hara-kiri". No ha quedado ahí la cosa porque poco después se le ha ocurrido a nuestro ínclito comentarle a Veronique, a la sazón responsable de recursos humanos, que habría que asegurarse de que no es necesario, en cambiando la denominación genérica de estos individuos, proceder a cambios en sus contratos laborales. Cuando he escuchado esto he hecho ademán de cortarme las venas con un bolígrafo.

El caso es que la complejidad y el "cogérsela con papel de fumar" que preside las relaciones laborales de los franceses es algo que no para de asombrarse. Esta semana hice dos turnos un día que tocaba trabajar 13 horas. El primero de 8 a 5 y el segundo de 1 de la tarde a 9 de la noche, ambos con una hora de descanso, mínimo legal obligatorio en Francia. Pues bien, la mencionada Veronique me vino a indicar que el descanso de la tarde era de una hora y a las siete de la tarde y que nadie podía trabajar un minuto después de las diez de la noche porque era trabajo nocturno y es ilegal si no se refleja en contrato y sin aceptación escrita del interesado, permiso del prefecto, aprobación del sindicato y bendición de la Santa cofradía del Niño Jesús de Praga. Me comenta Ysaline, una chica muy maja de mi equipo, que estas cosas les vienen de aquello del 68 y que a ella le parece un poco exagerado. Yo no sé si será así pero desde luego es incomodísimo.


PS: Lo de Veronique es una licencia, en realidad es una tía estupenda que me trata muy bien.

Le Grand Quilombo (el tráfico Nantaise)

Alguna mención he hecho a las habilidades automovilísticas de mis anfitriones pero yo creo que es el momento de desarrollar el tema mínimamente.

En Francia hay de todo. Hay altos, bajos, gordos, flacos, gente mejor y gente peor pero hay un aspecto de la vida en el que todos los franceses coinciden: puestos al volante son unos absolutos indeseables. Lo juro, ni portugueses, ni griegos, ni marroquíes, los puñeteros gabachos conducen de horror. Porque claro, tú ves un coche cargado hasta los topes, con un plástico en la baca y haciendo eses por la M-30 y ya adoptas la posición de defensa pero estos tipos van en coches normales, sin plástico y sin nada, lo suyo es a traición. En realidad les va porque para un francés la conducción no es sino una extensión de la defensa montaraz de sus derechos, de los que le corresponden y de los que se arroga. No hay ceda el paso, cruce, rotonda que uno intente superar sin que llegue un francés por cualquier esquina y te la intente jugar.

Para colmo la ordenación del tráfico en la ciudad  debe ser un diseño de la Societé Française de Psicopates o algo así. Hay en Nantes un elemento que son las rotondas dobles. Una rotonda doble son dos rotondas adyacentes de manera que una se convierte en el acceso de la otra. Esto hace que la rotonda pierda su sentido y utilidad y se convierta en una trampa en la que todo el mundo se atasca e intenta meter el coche "a capón".

Los pasos de cebra de Nantes son un juego del pim-pam-pum. No sé si es que en las autoescuelas no les explican para que sirven o es que en Francia el uso del paso de cebra es en realidad facilitar la puntería a los conductores. Yo paro en todos los que veo peatones, claro la gente lo agradece mucho y hace mucha fiesta y es que no tienen costumbre. Un día paré a una mora gorda vestida de blanco. Casi me hacen la ola. La cruz es que un día pasé por un paso con mi niño de la mano y un tipo me montó una bronca por no agradecerle humildemente la gentileza de no pasarnos por encima. Yo con gusto le hubiese partido la cara, así se lo indiqué en buen castellano, pero no hubo ocasión porque el tío desapareció en un momento que amainó el atasco.

Hay sin embargo dos poltergeist relacionados con el tráfico de la ciudad. el primero es el hecho singular del absoluto respeto de los conductores nantaises hacia el carril bus. Es incomprensible e impensable en una gente que no duda en subirse por una acera o arrollar un grupo de escolares si eso les sirve para ganar unos segundos de ruta. El otro fenómeno extraño es lo que ocurre al cruzar la Cours des Cinquante Otages, una calle muy céntrica y muy singular de la Ville deNantes. En la Cours des Cinquante Otages puedes cruzar por donde te de la gana y cuando quieras que todos los conductores se paran, bajan la cabeza y te sonríen. Es un misterio donde los haya.
La misteriosa Cours des Cinquante Otages. Atentos al detalle de la doble rotonda.

De lunes a viernes el tráfico de Nantes es de pesadilla, gente irrespetuosa, calles llenas, atasco por todas partes. Si llueve peor, como si no tuvieran costumbre de agua. El trayecto de casa al colegio de los niños, siete minutos en domingo, puede llegar a convertirse en 25 ó 30 y si los licéens están de manifa todavía peor. La circunvalación (peripherique) está diseñada con el culo y hay una reducción de carriles en el cruce de más tráfico que origina unos atascos respetables. Lo normal y habitual es que la gente pase de hacer cola en el carril de la izquierda que es el que va hacia el río (no se sabe qué se les ha perdido a los nantaises en el río pero todos tienen mucha necesidad de cruzarlo por la mañana temprano en ambos sentidos). El personal tira por el carril de la derecha, adelanta a todos los que pacientemente esperan, y se mete a la brava por delante de todos los demás. Hombre, algún despistado puede haber pero los camiones de reparto, no se lo cree nadie.

Otra cosa curiosa es la colonización de las plazas de aparcamiento. Aquí el personal se considera con derecho sobre el tramo de acera delante da la puerta de su casa, dicen que es suyo y como se te ocurra aparcar se dedican a darte el coñazo. A nosotros nos lo hicieron y yo quería montar una guerra pero Pilar no me ha dejado. Es que ella es pacifista.

martes, 7 de diciembre de 2010

Atenta la parroquia

Para no matar de aburrimiento al personal he decidido montar otro blog exclusivo para discusiones políticas. J ya ha añadido unos exabruptos. Se publica todo, todo, como opiniones o como entradas. Para más información mirad aquí:

http://poliff.blogspot.com/2010/12/normas-generales.html


Salud

viernes, 3 de diciembre de 2010

Depresión

Tengo 36 años y estoy en forma. Luzco una espesa cabellera rubia con cuidadoso despeinado de peluquería que completo con una barba que, con mimo y esmero repaso cada tres o cuatro días para tener un aire bohemio que contraste con mis modelos de Armani y Loewe. Mis manos lucen impecables, dos veces a la semana me hago una manicura. Todos los días reservo un tiempo para el ejercicio: Tres veces en semana con mi entrenador personal y el resto me dedico a actividades diversas; procuro hacer algo outdoors para airearme. Vivo en una casa individual, en un exclusivo barrio de mi ciudad. Dispongo de todo, sala de cine, piscina climatizada...

Conduzco un Lamborghini Gallardo de color gris metalizado que, con no poco trabajo, me hice traer de Italia. Lo encuentro mucho más discreto que un Ferrari que me parece coche de nuevo rico y mucho menos manido que el consabido Porsche.

Además de fortuna dispongo de mucho tiempo libre para disfrutarla. Esto me permite gozar de la oferta cultural y de ocio de mi ciudad. Y cuando me aburro siempre tengo la oportunidad de viajar. Viajo mucho y siempre por placer. Conozco todas las capitales europeas, me muevo por Estados Unidos como por mi casa. Soy capaz de llevarte al mejor boliche platense, al más selecto salón de Lima, incluso a locales de La Habana en los que La Revolución no entra.

Es por todo ello muy triste que sea yo una persona solitaria contra mi voluntad, rechazado y odiado por los seres humanos tan pronto como se enteran de quien soy, que no puedo gozar de más compañía que la de mis iguales o de la que puedo pagar. Es aburrido, es tedioso, triste y aborrecible. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo de esta discriminación, de esta irracionalidad? Si yo no he matado a nadie, es más, me dedico a servir a la gente, a facilitarles la vida. ¿Por qué los controladores aéreos estamos tan solos? ¿Por qué tenemos que huir de la gente, ocultar nuestros rostros...? Es terrible, es deprimente, ahora mismo me encierro en casa y no voy a trabajar. ¡No puedo con mi vida!

Un controlador de verdad

La figura del portavoz de los controladores aéreos arrasa en los medios de comunicación y en las redes sociales



César Cabo: "yo creo que soy español, como el resto, y que tengo los mismos derechos".Susana Griso: "pero usted cobra mucho...por encima del resto, es consciente también de eso ¿no? en un momento de crisis son ustedes un sector privilegiado".




César Cabo tiene club de fans





César Cabo: «Soy el antifamoso»


Etcétera, etcétera, etcétera...

Indignado





Según llego a casa me entero por J e inmediatamente me confirman que no despegan aviones de España. Lo primero que se me ha pasado por la cabeza es que había una amenaza terrorista o que los marroquíes habían pasado a mayores en sus recientes amenazas (veo mucha película últimamente) pero no, resulta que es lo de siempre, que los señoritos controladores aéreos han decidido paralizar el país porque se ven mal pagados, mal tratados, mal todo. Los pobres, que el que menos gana, el más tirado de todos, se debe llevar como poco 12.000 € limpios al mes. Y no precisamente por trabajar 90 horas semanales, no. Esta vez no me han pillado,
Simpática alegoría del controlador aéreo
aleluya, aleluya, pero he sentido un solidario pronto de indignación de esos que empiezan en el estómago y acaban como una efervescencia en la cabeza y he pensado en la infinidad de gente, entre ellos mis pobres cuñados o el mismo J (que en el fondo es buen muchacho) a los que les han fastidiado el puente, les han roto el plan de vacaciones y les han provocado un cabreo de padre y muy señor mío cuando no un agobio y un estrés para aguarles bien la fiesta. Yo, que ya tengo callo con el mal trato por parte de la cosa aeronáutica, ora los pilotos, ora las azafatas, ora los controladores franceses, españoles o de Burkina Fasso (no se me ocurre cual es el gentilicio de allí) bien puedo ponerme en la piel de los que se han quedado en tierra. Siento especialmente el sufrimiento de los que no están acostumbrados a los viajes en avión y sus sempiternos contratiempos, el de los que viajan con niños que lloran,se cansan tienen hambre y sueño y tú no puedes hacer nada. Qué decir de los que volvían a su casa y se han quedado atrapados en una ciudad extraña, tirados en un pasillo de aeropuerto con sólo las parcas explicaciones del personal de tierra. ¿Y todo esto para qué? Pues para que los señores controladores aéreos reciban lo que, según ellos, les corresponde: más dinero, mucho más dinero. Y más poder, el poder de organizarse ellos mismos al margen de AENA, al margen del ministerio, sin control alguno del gobierno. Y luego tendrán la cara dura de llamarse españoles, de criticar al gobierno (a este o a cualquiera de los que han sido), de protestar cuando algo les parece mal y, sobre todo, de quejarse cuando les hacen esperar. Personalmente soy partidario de que, al menos a los que lideran la protesta, se les quite el trabajo y se les acuse de algún delito serio porque paralizar el país por sus intereses espurios debería ser delito si no lo es ya. Espero que pierdan el trabajo, su fortuna y que vayan a prisión y que dejen de abusar de los españoles y de arruinar el país.

Y de los cretinos, estúpidos médicos que les dan las bajas laborales hablaré en otro momento que por hoy ya vale. ¿Es que los trabajadores públicos con alguna responsabilidad no se dan cuenta de que administran los bienes de todos? ¿Es que eso no importa? ¿Es que no se dan cuenta de que cada poquito de cada uno es lo que hace el conjunto?

En fin, en otro orden de cosas, mi Mari recomienda fehacientemente a J que se de una vuelta por el enlace que anexo. Que sea leve.

http://charlas.publico.es/willy-toledo-03-12-2010

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Dedicado a este público que tanto me quiere y al que tanto quiero (dicho popular entre los artistas de toda la vida)

Yo me pregunto una cosa. ¿Por qué se da por hecho que esos blue collars o mano de obra directa es razonable que cobren horas extras y el personal que se supone tiene un mínimo de responsabilidad (es decir están justo por encima de esa mano de obra) no? Añadiría otra pregunta más que es ¿por qué se da por hecho que esos con un mínimo de responsabilidad deben hacer horas y punto?
S


Querido amigo:

En realidad nadie debería hacer horas extras, es el resultado de un error de cálculo. El tema es que cuando se estiman costes de producción hay un consumo de materias primas, de energía y de personas humanas. Las materias primas sabemos lo que nos cuestan, para la energía tenemos los recibos de gas y luz ¿y las personas? Pues dividiendo el sueldo que cobran por las horas que trabajan, ¿está claro no? Y aquí empieza el truco. Cuando uno hace un trabajo de maquila y está tantas horas delante de la máquina que no pueden salir a hacer un pis, véase las que tienen que montar las cajeras del hipermercado para hacer lo propio, cada hora, cada minuto, se lo deja uno en vida y salud. Si, un poner, falla una cajera en la línea de cajas y las otras deben hacer una hora más para cubrir la falta y que el hiper no pierda dinero, parece justo más allá de cualquier duda (razonable) que esa hora adicional se la paguen a las suplentes.

Por el contrario si uno es, otro poner, un ingeniero que gobierna y administra un proyecto y que tiene libertad para organizar los recursos disponibles y alcanzar un resultado u objetivo, como se administre y las horas que eche el ingeniero es su problema y si hace horas de más acaso sea cuestión de organizarse mejor. Como la naturaleza me ha dotado de ciertas capacidades extrasensoriales estoy en este momento percibiendo una ola de indignación. Que no cunda el pánico que sigo argumentando.

Frecuentemente sucede que al ingeniero le pringan en proyectos con recursos insuficientes y no le queda otra que echar horas y horas para alcanzar unos resultados mínimamente decentes. En tal caso recomiendo al ingeniero (y asimilados) que cambien de patrón lo antes posible. Otro tanto es aplicable a administrativos sobrecargados con más tareas de las que se pueden razonablemente asumir. A continuación listo unas cuantas figuras de los que hacen horas extras en España y no las cobran:
  1.        Los que se organizan mal y no acaban a tiempo.
  2.        Los que no tienen familia y están solos en la vida y además no les gusta el cine.
  3.        Los que no quieren volver a su casa y cualquier cosa les vale para llegar tarde.
  4.        Los tontos del culo que podrían acabar a su hora pero se quedan más tiempo para decir que trabajan mucho y que el jefe les sobe el lomo y los compañeros les envidien.
  5.   .     Los megatontos del culo que tienen compañeros en las categorías 3 y 4 y en lugar de irse a su casa como sería su deseo se quedan en la oficina para no parecer menos.

Si estás en esas categorías relájate y disfruta. De lo contrario hay que procurar ser más exigente con el trabajo porque nadie te está regalando nada ni te hace ningún favor y además el trabajo es a lo que más tiempo de tu vida dedicas con que como para encima estar incómodo. Ya sé que ser consecuente con esto no es fácil pero lo que nunca se empieza nunca se termina.





Por cierto,¿ cuando te dejas de tonterías y le dedicas unos párrafos a la primera dama francesa?
J


Querido amigo:

Muy mona Carla. Su nombre completo es Carla Bruni Tedeschi. Carla es italiana y pija de nacimiento, pija y artista. Hija de dos pudientes, uno padre oficial y otro padre natural. Además de la madre, claro está. Dejó Italia con su familia por si acaso las Brigadas Rojas decidían secuestrarlos para redondear el mes. Una vez en Francia Carla fue de flor en flor y así sigue. Primero fue a la flor de estudiar arquitectura. Cuando se cansó de esa, pasó a la flor de ser modelo. Le fue muy bien pero también se cansó y se dedicó a la música como mamá. Grabó cuatro discos de los cuales sólo uno tuvo un cierto éxito. Después se casó, tras fugaz noviazgo de 2-3 meses con un señor iracundo y bajito, así clasifica la CIA o no sé quien a Sarkozy, pero muy sexy y se dedicó a primera dama, flor en la que se encuentra actualmente y en la cual su principal ocupación vienen a ser “sus caridades”. Según la prensa canallesca se van viendo indicios de que se está cansando de la flor actual a pesar de que la salpimenta con algún escandalillo que otro (véase la simpática foto que he encontrado). Yo creo que si Sarkozy pierde las elecciones de 2012 la esposa no le dura más allá de dos meses post mortem (mortem política, se entiende). Sin embargo si Carla vuela antes de eso es posible que le haga un favor a Sarko porque sus numeritos de pareja feliz y las tonterías de niñata pija de la pequeña Carla parecen resultar muy cargantes al común de los franceses y le restan popularidad a su santo de manera preocupante. Personalmente admiro la capacidad de la Bruni de irritar a la mayoría de las mujeres. Reconozco que es una cosa que me gusta, así de malote soy.





 Aquí uno que se pregunta por la productividad de los sres franceses. Ya que parece que tienen ramalazos similares a los nuestros ya solo me queda enterarme de que producen tanto como nosotros para mandar a Tomar (sí, con mayúscula. Porque es un pueblo de Portugal) a cualquiera que me diga que los españoles somos unos vagos.
S (otra vez)



Querido amigo:

Que los españoles somos unos vagos es una falacia y un mito que nos han metido en la cabeza hace mucho tiempo y que nos transmitimos de generación en generación merced a la tradición oral. Tampoco somos unos trabajadores que te cagas, lo normal, como todos. Si le echamos más horas es por pura tontería o por nuestra proverbial ausencia de organización.

La productividad de los franceses es básicamente lamentable, se reduce progresivamente y amenaza seguir a peor porque los franchutes son presas de su propia revolución. El chiringuito les aguanta en base a una endogamia atroz, si se hace en Francia es lo mejor para un francés, la reputación de modernidad, progreso y savoir faire que se labraron durante el Segundo Imperio (y que probablemente entonces estaba justificada)  y las grandes corporaciones que montaron el siglo pasado y que han sabido mantener a base de vender a europeos y moros (Renault, Citröen), Israelíes (Dassault) e incluso al mundo entero cuando han sido capaces de compartir el pastel (Airbus) lo que no siempre sucede. Me dejo alguna.

Por mi parte, si alguna vez tengo unos millones de euros que invertir, no creo que lo haga en Francia. Poner un negocio aquí debe ser mortal, hay que ser francés para poder llevarlo.





Conste que la Palin está mucho mejor que María Antonia Iglesias. Por supuesto me refiero a sus ideas.
J (again)


Querido amigo:

Prefiero a la Bruni diez veces.

 
Iglesias y Palin, las dos de rojo. Por referenciar el comentario de J mayormente




Te veo comprando en E. Leclerc, que tu eres muy pijo para estas cosas. Bueno y para las otras también.
F.

Querido amigo:

Efectivamente me gusta mucho más E. Leclerc que Carreful y lo que siento es que no haya sucursal de El Corte Inglés que es lo que más me va. Yo es que soy así de superficial y cuando me ponen una bombilla potente entro al trapo sin pensar en la relación calidad-precio, qué te voy a contar que tú no sepas. También me gusta la colonia cara, los coches alemanes y bucear de vez en cuando con los pijos cuarentones de mis amigos.




Y hasta aquí esta bonita conversación con la pequeña pero fiel parroquia. Agradezco enormemente las participaciones y opiniones, adelante con ello. Me consta que también tengo “queridas amigas” pero por lo visto carecen de opiniones o dudas o la timidez les impide manifestarlas. Luego dicen de la paridad pero creo yo que la paridad, bien entendida, empieza por una misma.

También me he enterado de que la madre de Gema, una amiga de mi Mari, se encuentra entre quienes me leen. Reconozco que me ha hecho mucha ilusión saberlo. Un saludo desde Nantes madre de Gema.

martes, 30 de noviembre de 2010

Del curso de autoclave, la competitividad y el crecimiento económico

Debía correr el año de Nuestro Señor de 1987 cuando me explicaron por vez primera el manejo de un autoclave, artefacto que sirve, por si alguien no lo sabe, para esterilizar materiales y productos cuando se requiere asepsia en un proceso. Reconozco que llevo un tiempo sin utilizar uno de estos aparatejos pero palabra que en los últimos 23 años he lanzado unos cuantos ciclos. Sin embargo y como no podía ser de otra manera, esto no es suficiente para poner un autoclave cuando uno trabaja en Francia, no, no, aquí somos muy serios y para que no queden dudas lo complicamos todo muchísimo. Para poner un autoclave en Francia hay que hacer un curso de formación específico para trabajar con equipos a presión. Por no causar problemas y no enzarzarme en discusiones absurdas que no me iban a llevar a ningún sitio, me he prestado a hacer el cursito de Dios. Siete horas hemos estado. ¿Y qué creerás que se puede contar en siete horas sobre un autoclave? Pues no. En siete horas hemos sabido que la mayoría de los accidentes relacionados con autoclaves consisten en quemarse las manos, luego lo siguiente es que explotan… Parece ser que los autoclaves que tienen a bien explotar son los que se utilizan en la industria textil –no me pregunten para qué- o incluso en la aeronáutica pero que yo sepa, nadie cuenta de una industria farmacéutica en la que algo tan nefando haya ocurrido. Lo menos 20 minutos hemos estado viendo fotos de la avería que hizo en Estados Unidos la explosión de un autoclave. Fascinante, divertido y utilísimo, yo he aprendido que el día que me estalle un autoclave lo mejor que puedo hacer es desaparecer no me quieran hacer pagar por los daños. En fin, no me pierdo en detalles que luego me llaman pesado. El caso es que conmigo hicieron el curso de siete horas unas diez personas más, total 77 horas haciendo el indio. Si a mí, y a bastantes otras personas que conozco nos hubiesen pedido organizar un cursillo para explicar a la gente cómo manejar un autoclave y prevenir accidentes con él, yo creo que cualquiera lo habríamos resuelto  con dos o tres horas de presentación más ejercicio práctico, yendo directamente a los temas.

La célebre Grandeur


¿Y por qué cuento yo todo esto? Pues por desahogarme un poco claro pero también viene a cuento por una cosa que leí el otro día. Resulta que Sarkozy, estoy preparando un monográfico sobre él y Carla, aviso, Sarkozy, decía, estaba muy preocupado porque desde hace ya unos años el crecimiento económico de Francia se sitúa por debajo de la media de la UE y así, tacita a tacita, se va marchando la grandeur por el sumidero. Pues bien, la tontuna esta del autoclave no es sino un magnífico ejemplo de cómo un sistema administrativo superdesarrollado y ultra-proteccionista puede poco a poco ahogar una economía con la absoluta complacencia de la ciudadanía.

Otro ejemplo de cómo cepillarse la grandeur: Hace poco me enteré de que por ley es obligatorio pagar las horas extraordinarias a todos los trabajadores que entran en categoría non quadre que es lo que los anglosajones llaman blue collars y en España serían algo así como mano de obra directa, más o menos. No se me malinterprete, si la gente hace horas, hay que compensarla, de eso nunca he tenido dudas. El problema es que eso funciona cuando la gente que cobra las horas extraordinarias trabaja en cosas básicas y elementales y siempre y cuando el sujeto que hace las horas extras recibe la indicación de hacerlas por parte de un quadre, white collar, supervisor o como se llame. Sin embargo  el problema de mi empresa es que, hasta mi llegada, los que cobran las horas extras deciden ellos cuando las hacen y a qué las dedican con lo cual utilizan el tema para redondear el sueldo, como haríamos cualquiera probablemente. Sugerí que se dejasen de pagar las horas, que suponen dinero y tiempo libre en compensación, y que para ser un poco justos y no montar la revolution, se subiesen los sueldos en la medida de lo que se había cobrado por horas extras el año anterior, así la gente consolidaba sus ingresos, los mantendría sin necesidad de hacer horas extras y se acabaría el cachondeo con las mismas. Pues no. Resulta que ese acuerdo sería ilegal porque las maravillosas leyes laborales francesas obligan a pagar las horas extras con lo cual la que queda es que yo obligue al personal a salir a la hora, me convierta en un jefe cabrón y ellos pierdan no menos de 500 € netos al mes. O eso o lo dejo como está hasta que el superjefazo me pregunte a qué estoy esperando para cumplir con mis obligaciones. Se admiten sugerencias en la sección de comentarios.

En fin, yo creo que no hay que ser un genio para darse cuenta de que ese es el tipo de actitud que conduce a un país otrora grande y poderoso a una ruina cierta y que esas actitudes numantinas de la población a la hora de defender ciertos derechos son, más que un ejemplo a seguir, una situación a evitar. Entre esto y la competitividad de los chinos yo diría que hay una serie de cómodas opciones intermedias.

J, con comedimiento que nos conocemos.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Hablando francés

Durante un tiempo viví un espejismo aquí en Francia: llegué a pensar que los franceses sí que hablaban inglés con relativa frecuencia. No es que me desayunase con ginebra ni nada de eso, es que en mi trabajo prácticamente todo el mundo se maneja. Dicen cosas como ai ab por "I have" ó zis is por "this is" pero se manejan. Además eran los días de estar con la agencia de relocation que hablaba conmigo en inglés y encima el subdirector de mi banco francés, un tal Silvain Rey (que no habla ni papa de español a pesar del apellido) también se comunicaba en buen inglés conmigo. Llegados a este punto, me pareció una buena política el entrarle a la gente con la pregunta "Parlez vous l'anglais ou l'espagnol?" que a los franchus les debía sonar como una especie de "habló ustés la inglés o lospañol". La respuesta era sistemáticamente una cara de "¿cuala?" seguida por una negación con expresión de coña y un demoledor: "fraçaise".

El caso es que irían unos ciento cuarenta y tres intentos fallidos cuando me convencí de que era más práctico intentar comunicarse directamente en francés y qué leche, para eso va uno a las clases ¿no? Hubo además una situación que me forzó a apretar el tema. Fue la compra de muebles en el Ikea, que hay un Ikea aquí, en Nantes y que por un tiempo fue mi segunda casa, vamos que empezaba a reconocer a los dependientes. Está dentro del centro comercial Atlantis, ese de la foto del otro día. Pues decía que compramos muebles en el Ikea y pedimos que nos los llevasen a casa (se paga por ello, claro). Nos dieron un plazo de entrega entre una semana y diez días. El pedido incluía las camas por lo que hasta su llegada, deberíamos dormir en unas magníficas camas hinchables que habíamos comprado para los invitados que prevemos alojar y de hecho ya hemos tenido ocasión de alojar. Las camas hinchables son sorprendentemente cómodas el primer día, pierden encanto entre el segundo y el cuarto y estás deseando perderlas de vista a partir del quinto. Así pues el décimo día esperábamos con grande ilusión y notorio dolor de espalda las camas que tenían que llegar... pero no llegaron. Ante tan incómoda situación y frente a la perspectiva de mantener una conversación telefónica en francés con algún empleado de Ikea, decidí personarme en la atención al cliente, donde no llega la palabra alcanzarían los signos, me decía yo. El caso es que me encaré a un empleado, muy amable debo añadir, y le vine a decir algo como "yo compro mueblos, mesa, sillos, cama grranda e pequeños. Tú dise uno semano dies dios entrego perro más dies dios y no sillo, no mesas, no cama. ¿Pudes tú mi ayudarr? Pues por increíble que parezca el tipo me entendió, cogió el teléfono y localizó mi pedido, me dijo donde estaba y me dio tres días más de plazo para la entrega. Naturalmente a los tres días seguíamos durmiendo en las camas hinchables así es que al cuarto día un nuevo viaje al Ikea con nivel de cabreo creciente. Repetimos la jugada, plazo hasta el viernes-sábado y esta vez me llevo como botín adicional el número de teléfono del transportista. El caso es que tardamos dos semanas más en tener camas porque el transportista había recibido el pedido pero una etiqueta estaba a mano y no figuraba en el ordenador y bueno, un lío. Por cuenta del episodio de los muebles acabé hablando por teléfono con el transportista, con la atención al cliente de Ikea y además haciendo una visita más en persona. Al final el asunto se resolvió con la intermediación de Veronique, responsable de RRHH de mi empresa con notables habilidades secretariles que se cuida de mi cuando tengo contratiempos cotidianos de estos.

No siempre se dan las cosas igual de bien. Me ha pasado estar delante de un expositor de bocadillos y señalar diciendo "Quierro una bocadilla como esta porr favorr" y que no me entiendan y yo creo que está bien claro ¿no? Pues no veas cuando llegas a la parte de la botella de agua pequeña.

Cuando uno intenta hablar la lengua local con los nativos hay dos respuestas posibles, que se esfuercen un poquito y te entiendan o que no quieran y pongan cara de gilipollas. El caso es que se va uno envalentonando y ya te animas a decir cosas en francés como si tal. Hoy mismo le he pedido a una camarera un café irlandés. Yo, todo estupendo, he soltado "Pug mua un café iglondé". En la cara de la camarera se leía claramente un "¿qué coño me estará pidiendo el guiri este?". Invitado a explicarme empecé con un "ui, se le café avec un pe de guisqui e crem..." y entonces va la chica y suelta "Ah, un Irish coffee!" Y es que nunca sabe uno como acertar.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

De la república laica y otras cosas

Me acusa mi escasa pero fiel parroquia de practicar la doble moral y criticar en Francia aquello que celebraría en España. Sin embargo no creo que sea cuestión geográfica. Hacer cola en la gasolinera durante 20 minutos y tener el producto racionado me incomoda igualmente en Nantes, en Madrid o en donde me obsequien con semejante planazo. En fin, no pesan los kilómetros, pesan los años.

Voy a contar algunas otras curiosidades de nuestros vecinos que son reales, lo juro por el Niño Jesús de Praga, que luego dan mucho juego en las charletas de sobremesa "pues un amigo que vive en Francia me ha dicho que..."

La jornada laboral

La jornada laboral francesa es, efectivamente, de 35 horas semanales, no es una leyenda urbana. Parece ser que hace algún tiempo les convencieron para trabajar 2,5 horas semanales más para dedicar ese dinerito a atender a no sé que menesterosos deshidratados que se generaron hace unos años que vinieron a coincidir en la Vieja Europa una ola de calor y la tradicional desafección hacia el aire acondicionado que campea al norte de los Pirineos, fatal combinación que se llevó por medio a unos cuantos.


El trabajo de los domingos

Alguna vez algún negocio tiene necesidad de trabajar en domingo, por ejemplo, el mío. Hace poco nos contaron como se regulaba el tema porque ha cambiado recientemente la normativa que regula el trabajo dominical, ojo, sólo el dominical, los sábados no cuentan. La cosa es como sigue:

La empresa que necesita trabajar en domingo tiene que presentar una solicitud en la prefectura que debe ser algo así como una diputación provincial de las nuestras pero con más poder ejecutivo en el día a día. La solicitud debe ir acompañada de la siguiente documentación:

  • Memoria explicativa de las razones que obligan a la compañía a violentar el descanso dominical dejando bien clarito que no hay más remedio, posibilidad ni alternativa.
  • Cartas individuales firmadas por todos y cada uno de los trabajadores de la empresa que se pueden ver afectados por la medida. Evidentemente un contrato en el que se incluye el trabajo en domingo es completamente ilegal.
El dossier es revisado por el prefecto o persona en quien delegue y por los representantes sindicales y será consecuentemente aceptada o rechazada según el criterio de estos especialistas. En este momento ignoro si en caso de rechazo de la solicitud, es lícito contratar unos extracomunitarios de esos que se preocupan más por comer que por la egalité y la fraternité (unos zafios y unos insensibles es lo que son) para que te resuelvan la papeleta. Yo no lo haría porque aunque sea legal, que insisto que no lo sé, seguro que te apedrean el local en nombre del sagrado derecho al descanso dominical y los gendarmes llegan tarde y los bomberos están en huelga. Le comentaba a Frank Grimaud, francés él y presumiblemente de derechas, que no dejaba de resultarme sorprendente que unos sindicatos tan laicos fuesen tan celosos guardianes de la tradición cristiana. En fin, que estamos en un país de contrastes.



Vacaciones

Dos días por mes trabajado. Y uno más, por redondear, 25 en total. Y otros doce más por no sé que ajuste que no acabo de entender y que a mi no me toca porque soy mandamás y todo tiene su servidumbre, total 37 días laborables libres. ¿Alguien se puede imaginar a las empresas españolas dando semejantes vacaciones? Además tenemos un rosario de días festivos, pero festivos de verdad, no como en USA que sólo hacen fiesta en la administración. Hay fiestas civiles, como el 14 de julio (La Revolution - fiesta nacional) o L'armistice, por el día de 1918 que acordaron con los alemanes parar de matarse durante unos años, pero también hay fiestas religiosas, como la Navidad y Todos los Santos e incluso sorprendentemente religiosas, como La Ascensión. Ya digo, país de contrastes.


Despidos

En la práctica no existen. Aquí la diferencia entre un contrato laboral y un matrimonio como Dios manda reside en que lo celebre un notario o un sacerdote católico. Me contaba Veronique que mi empresa, en siete años de historia, sólo ha despedido, con grandes sudores y presentando mucha documentación a la prefectura y al sindicato, a una persona. Fue un individuo que un buen día tuvo a bien desaparecer. Sin previo aviso dejó de ir a trabajar y dejó de atender el teléfono y el correo electrónico. No se había muerto ni nada, simplemente decidió pasar del trabajo. Eso sí, cuando consigues despedir a alguien, si lo consigues, la indemnización es mucho más pequeña que en España, no me acuerdo cuanto pero sí de que era menos dinero, creo que como un mes de sueldo por año.



En estos días hay un poco de ruido en relación a la apertura de los centros comerciales en festivos. Los centros quieren porque es con diferencia cuando más caja hacen en el año, parece que los franceses compran como desesperados en esta época, pero los sindicatos ya dejaron bien claro allá por octubre que no iban a aceptar ni un sólo festivo de apertura. Esto al común de los franceses les pone en un brete porque tienen mucha ilusión en comprar, comprar, comprar pero claro, si es justicia social que cierren las tiendas en domingo... ¡Dios qué duro es ser francés!

En la foto el Centro Comercial Atlantis, mi segunda
casa.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Vive la revolution!

Aunque en España somos propicios a pensar que no, lo cierto es que los franceses tienen cosas buenas. Más de las que creemos y muchas, muchísimas, compartidas con nosotros, los españolitos. También compartimos muchas cosas malas pero hoy no toca. Es más, de lo que quiero hablar no es de una virtud compartida sino de una que sólo ellos tienen. Me refiero como sociedad que individualmente cada uno es cada cual. Vamos allá: A los franceses no les levanta un derecho ni Dios Bendito y Soberano que se aparezca en un carro de fuego tirado por siete hidras heptacéfalas. Yo creo que esto les viene de la famosa revolución, esa que quien más quien menos hemos estudiado alguna vez. Empezaron pegando un puñetazo en la mesa después de cientos de años de aguantar que los reyes la casa de Borbón (también es casualidad) tocándoles la moral (no escucho ese aplauso reconociendo mi contención verbal en este punto). La siguiente fue declarar con más o menos retórica que a ellos no había ya más rey que les dijese lo que podían hacer y como fin de fiesta le cortaron la cabeza al titular, a su señora y a cuantos pudieron pillar se sus simpatizantes. Lo chungo de los franceses es que cuando empiezan algo no saben parar y ya puestos, para darle vidilla a la guillotina, cualquier cuello les venía bien. Probablemente es por eso que frecuentemente acaban mal. Han dado varios ejemplos históricos, el mismo Napoleón que se puso a conquistar países sin cuento hasta que se empachó con tanto triomphe y terminó fatal, o su sobrino, Napoleón III, que se lió a refundar el  imperio hasta que se pegó un prusianazo de padre y muy señor mío, etcétera.

En estos días, en realidad semanas atrás, los que vivimos en esta tierra hemos podido disfrutar de esa determinación numantina de los franceses a la hora de defender sus derechos. Me refiero a las protestas por el retraso de la edad de jubilación. Empezaron haciendo un rosario de huelgas generales, todas ellas envidia de los sindicalistas españoles, de las que yo sólo me enteraba por la prensa. Más bien porque me lo contaban porque la prensa francesa la miro poco, es que ningún kiosko me pilla de camino así que leo L'Ocean cuando voy a la peluquería nada más. Bueno pues el caso es que en Nantes no se notaba practicamente nada, si acaso la gente que lleva a los críos a la escuela pública así que la cosa se fue calentando hasta que entraron en la fiesta los lycéens, que es como se llama aquí a los estudiantes de bachillerato. Parece ser que los licéenes en cuestión andan muy preocupados porque si se retrasa dos años la edad de jubilación a ver si luego ellos no van a encontrar trabajo cuando lleguen al mercado laboral, sólo eso faltaría. ¿Y qué mejor para quitarse las preocupaciones que cortar el tráfico de tu ciudad? El día que los chavales encantadores tomaron la simpática decisión coincidió con que llevaba a Guillermo al colegio. Llegamos de milagro entre un rosario de blasfemias y de insultos al común de los conductores franceses que sin duda dejarán huella en la educación de mi hijo. Eso o el ver a su padre echando espumarajos por la boca pero vamos que el trauma está garantizado. Tras dejar al niño en el colegio y tratando de llegar al trabajo me tragué un atasco de los que hacen afición pero vaya, que no llegué el último a la oficina ni mucho menos.

Se ve que la iniciativa de los simpáticos bachilleres nantaises animó a la afición y a partir de aquello se sucedió una escalada de acciones de protesta a cual más imaginativa y gratificante, a saber, no permitir el abastecimiento de las gasolineras, no recoger la basura, cortar los puentes del Loira con barricadas incendiarias y otras cosillas de esa índole. Pese a tener la ciudad convertida en un residencial todo-incluido para ratas y cucarachas y tener que hacer unas colas desesperantes para poner gasolina en el coche la gente comprendía y apoyaba la reivindicación en el convencimiento de que se defendía un logro histórico conquistado con el sudor y aún la sangre de la clase obrera. La ignorancia sobre los temas políticos y sociales es una de las características comunes de franceses y españoles de esas que hablaba al principio.

Finalmente el gobierno de Sarkozy ha conseguido aprobar la famosa ley, el derecho a la jubilación se va a ganar a partir de los 62, se acabó el cachondeo ya hombre, y las protestas han ido disminuyendo hasta desaparecer pese a que los líderes sindicales pusieron a Dios por testigo de que no volverían a pasar por el aro. Bueno, en realidad eso es lo que pensábamos y lo que pensaría cualquiera, que han pasado por el aro, pero fuentes de toda solvencia aseguran que no, que lo que ocurre es que se acerca la Navidad, que hay que hacer muchas, muchas compras y preparar las celebraciones y que noviembre y diciembre no son época para andar de huelgas y manifas, que ya habrá tiempo en primavera. ¡Qué miedo!