Vistas de página en total

martes, 12 de abril de 2011

A vueltas con la fama

Yo solía ver un programa de televisión que daba La Sexta y que se llamaba "El aprendiz". Era un reality. Mira que a mí los realitys me dan bastante asquito pero este me tenía enganchadísimo. Diré en defensa de mi imagen de progre (que diría uno) y de alternativo (que diría otra) que la audiencia del reality en cuestión debía estar por los suelos, lo que deduzco de dos hechos objetivos:

1. Jamás hubo segunda edición
2. Cada vez lo ponían en un horario más intempestivo, así como si nadie lo viese

"El aprendiz" consistía en reunir una colección de gilipollas con un ego que hacía parecer humilde al mismo Cristiano Ronaldo en una casa. Armados de diversos másteres, títulos universitarios y brillantes currículos, los presuntos JASP (premio para el que recuerde lo que era un JASP) tenían que montar negocios de lo más variopinto y ya de paso demostrar lo líderes y lo listísimos que eran todos. Por supuesto, competir unos con otros y bien destrozarse mutuamente para solaz del público era parte fundamental de la diversión que se remataba en cada episodio con el "despido" que es como aquí se llamaba a la expulsión, de uno de los aprendices por parte de Lluis Bassat que ejercía como jefe supremo de la muerte. La televisión ya se sabe, siempre fomentando los más exquisitos valores neoliberales. Pues recuerdo que en esto de "El aprendiz" había un cretino obeso y pijo que en un momento dado se empecinó con una idea promocional ridícula que había tenido y que cuando le entrevistaban "pre-mortem" (ese día salía del programa) dijo algo así como que él se enamoraba de sus ideas. Pues eso mismo me ha pasado a mi con mi idea de ayer que pasaré a llamar el famosómetro, que me he enamorado de ella así que aquí vuelvo a seguir dando el coñazo con lo mismo.

Invitaba ayer en mi último párrafo a que algún miembro de la reducida pero fiel parroquia (mía) organizase un sistema de cuantificación de la popularidad basado en mis observaciones, así, como los buenos, creando escuela. Pero no os voy a dejar ni eso, ya me he organizado yo mismo la cuantificación. Por lo pronto he montado una escala para valorar las respuestas de Google que es como sigue:

  • Por cada web en la que figure el individuo famosimetrizado se suman 5 puntos de popularidad si viene de un facebook o red social y 10 si es de otra procedencia, es decir, no es de autopromoción. Esto porque no es lo mismo hablar de uno mismo que el que hablen de uno.
  • Por cada foto que saque Google sumamos 20 puntos porque una imagen vale más que mil palabras y eso cuenta.
  • Por cada vídeo 100 puntazos porque un vídeo es el acceso más grande a la popularidad. Sube a cualquier imbécil a un escenario y lo conviertes en objeto de deseo, pon a Enrique Iglesisas en una hamburguesería y no le hace caso ni Dios (demostrado).

Establecido el sistema, lo he aplicado al terceto J, F y yo que utilizaba en mi investigación anterior. La aplicación ha confirmado la sospecha, como puede verse en la tabla adjunta:


Efectivamente, la fama de Joaquín supera ampliamente a la de sus amigos, particularmente en el terreno gráfico que al fin y al cabo es lo importante porque a ver, ¿quien es más popular, Belén Esteban que se pasa la vida en la tele o Elvira Lindo que está venga a escribir sin apenas asomar la nariz en una pantalla?

En fin, alentado por mi éxito sin precedentes (efectivamente, no practico la humildad en la intimidad) me he animado a evaluar cual es el más popular de los celebrados hermanos Provencio Montero y he aquí el resultado:


Véase que Salvador es el más popular de los cuatro, fama que debe a su gran éxito cinematográfico "Doblada 2", cuyo visionado recomiendo vivamente desde aquí. Maria José debe su popularidad a su condición de funcionaria, los funcionarios aparecen en un montón de entradas relacionados con el BOE y los listados de personal, mientras que Pedro aparece en las listas de participantes de las miriadas de carreras populares en las que participa mientras que sus patrones se comportan con mucha discreción, como no podía ser de otra manera. Pilar es muy discreta. ¿A qué mola mazo el invento? Pues hale, aquí lo regalo para fomentar el progreso de la humanidad, tal es mi humilde contribución al bienestar del hombre.

De todas formas no me he quedado en esto, también he estado reflexionando sobre lo merecido e inmerecido de la fama y he llegado a la conclusión de que la popularidad es algo injusto y caprichoso. Para muestra bien vale un botón. ¿Quien no conoce a Silvio Berlusconi? Primer Ministro de Italia, dueño de un imperio mediático (imperio mediático, cómo me gusta ese término), amigo de Aznar, más liberal que Esperanza Aguirre y Francisco Camps juntos, todo un personaje. Y todo porque tiene más vídeos él sólo que los que jamás tendrán J y S juntos. Pero quién, atentos, ¿quién coño conoce al peluquero de Berlusconi? ¿Y es que acaso ese señor (asumo que es un señor porque Silvio sólo mantiene un tipo de relación con las mujeres) no es persona de grandes méritos? Júzguenlo ustedes mismos.


Berlusconi antes y después de su anónimo peluquero

7 comentarios:

  1. ¡Que bien te lo pasas!JASP eran jovenes aunque sobradamente preparados, ¿no?Ahora me has picado y miraré mi puntuación....

    ResponderEliminar
  2. Hay fallos en ese recuento! Me faltan puntos! Claro que por "Doblada" me tenían que haber quitado la vida...

    ResponderEliminar
  3. Sí, el recuento parece hecho por un compromisario del Partido Comunista Cubano en un hipotético referéndum cobre la dinastía Castro. Pero como a los aquí presentes la fama nos importa tan poco como la libertad a un rojo, lo dejaremos pasar.

    Uno de los tres parroquianos de A

    ResponderEliminar
  4. La libertad a un rojo??
    Tú de dónde te has escapado?

    ResponderEliminar
  5. Precisamente me escapé de la izquierda. No fue fácil. De hecho muchos lo intentan y no lo consiguen.

    Y tú? Donde estás recluido?

    ResponderEliminar
  6. Ya decía yo...

    Yo estoy recluido en la ingenuidad y el idealismo.

    ResponderEliminar
  7. Oye Alfredo, a ti te sobra el tiempo verdad?

    ResponderEliminar