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domingo, 27 de marzo de 2011

Educación francesa

Ya he mencionado en alguna ocasión que son muchísimas las cosas que nos asemejan a los franceses, muchas más de las que uno se imagina, de hecho yo dudo de que existan dos países más próximos culturalmente que España y Francia; tenemos mucha influencia de ellos. Con eso y con todo hay alguna cosa que es muy diferente. Probablemente la más grande diferencia entre ellos y nosotros es el sentimiento que tenemos hacia lo propio unos y otros. Estamos bastante acostumbrados los españolitos a sentir vergüenza por lo nuestro y a dar por hecho que somos lo peor, venimos de lo peor y que lo nuestro es lo peor. En nuestros tiempos esto viene ocurriendo particularmente cuando miramos hacia el norte ¿y qué es lo primero que se ve cuando miras hacia el norte desde España? Por el contrario, los franceses están educados en la creencia y en la firme convicción de que Francia es la misma antesala del cielo, que nada hay mejor que lo francés y que ellos son los únicos del mundo que realmente saben hacer bien las cosas.

Toda esta historia la quería yo utilizar como introducción al tema que me resbala hoy por las neuronas: el sistema educativo. Nosotros nos pasamos la vida diciendo que la educación española es malísima, que nuestros estudiantes son unos zafios y que han llegado al punto en que no son capaces de establecer la correspondencia entre un canuto y una "O". Sería tontería negar que nuestros estudiantes van a peor, que cada vez están más faltos de interés y que su nivel, contemplado globalmente se va deteriorando. Solemos culpar de esto a nuestro sistema educativo que nos parece cada vez más anodino y menos exigente y algo de esto hay pero no deberíamos desdeñar tan alegremente lo nuestro visto lo visto y que trataré de relatar a continuación. Cuando uno viaja con niños una de las cosas a las que se presta especial atención es el cole. Nosotros hemos conocido la educación en España, obviamente, las Escuelas Europeas, la escuela americana y ahora estamos con la francesa.

Este es de los de la "o" y el canuto


Las escuelas europeas son una dádiva más de las que damos a los pobrecitos y esforzadísimos funcionarios europeos, una gente que cobra unos sueldos de ciencia-ficción, no paga impuestos y la mayoría no se sabe para qué sirven. Como las escuelas europeas son enormes y tienen unos presupuestos desmesurados, permiten que los hijos de los no funcionarios europeos acudan a las mismas por un módico precio que varía en función de que te lo pague una empresa, que creo que entonces son 30000 al año, o que te lo pagues tú mismo en cuyo caso la cosa se reduce a 3000 ó 4000. En la escuela europea hay de todo, todos los idiomas, piscina, servicio de guardería, poquísimos alumnos por profesor... Es buena, muy buena.

La escuela americana también es muy buena. En la escuela americana hay pocos alumnos por profesor, se enseña a los chicos a ser correctos, educados y honestos ("la verdad" es algo muy valorado entre los americanos) y les enseñan mecanografía y a presentar en público desde que son pequeñitos. La educación americana se centra en las matemáticas, las ciencias naturales y el inglés y poco a poco va incorporando las demás materias. Cada asignatura se desdobla en tres niveles, uno estándar, otro para los chicos que van justitos y otro para los que saben más y pueden llegar más lejos. Un chico puede estar en distintos niveles en distintas asignaturas. Además hay una integración absoluta de los minusválidos. Y todo esto sin pagar un duro. El problema de la escuela americana es que va por barrios y si vives en barrio de ingenieros blancos el colegio es jolibú pero si tu residencia se sitúa en barrio de operarios negros el colegio probablemente tendrá un arco detector de metales en la entrada para que los alumnos no entren armados.

La escuela francesa, que según los franceses es la mejor escuela que el hombre ha concebido tiene sus cosas buenas y sus cosas malas si bien estas últimas se les escapan a sus creadores. Por lo pronto la escuela pública francesa suele estar en huelga, no en balde la educación es uno de los sectores más conflictivos. Como la escuela pública es donde los franceses aprenden los valores republicanos y sus sagrados derechos a casi todo se ve que el hacer huelga sin cesar es parte de las prácticas. La privada es un poco más seria, allí sólo hacen huelga una parte de los profesores y no es habitual que se cierre por este motivo. Mis niños vana a una privada, fundamentalmente porque, a falta de colegios internacionales en Nantes, Blanche de Castille, que así se llama el centro, era lo más internacional que se nos ofrecía y a los chicos les metían en un grupo especial para extranjeros hasta que su nivel de francés les permitiese seguir bien las clases. En los colegios privados franceses es el estado el que paga a los profesores y los alumnos pagan una cuota, bastante reducida, para mantenimiento de las instalaciones. Esto hace que, pese a ser todos o la mayoría, pertenecientes a confesiones religiosas, tengan que aceptar el laicismo republicano y envainarse los rezos con los alumnos que no deseen atender a los mismos. Esta es una cosa buena a mi modo de ver.

Otra cosa buena es que se tratan mucho las humanidades. A los franceses los hacen gente culta desde pequeñines, les hacen habituarse a la historia y sobre toso a la filosofía y a la literatura. Supongo que eso explica la sorprendente abundancia de público en actos culturales que en España estarían desiertos. Ojo, el fútbol también les gusta pero una cosa no quita la otra. Sin embargo, esta prevalencia de las humanidades sobre las ciencias es también una cosa mala porque resulta que los estudiantes franceses son muy limitaditos en matemáticas, por ejemplo. Laura se partía de risa porque en clase de matemáticas les enseñaban a manejar la calculadora para calcular funciones algebraicas de las que ella hacía a manita, según le habían enseñado en la denostada escuela española. La risa se convirtió en fastidio cuando en el examen la pregunta versaba sobre el uso de la calculadora para calcular términos de la función en lugar de ser la propia función y su cálculo el objeto de examen, para que luego digan.

Blanche de Castille, el colegio de mis niños en Nantes


Otra área de patetismo en la educación francesa son los idiomas. Nada que ver con la educación belga que suelta alumnos al final del periodo obligatorio que hablan con fluidez tres idiomas (flamenco, francés e inglés). Ni siquiera el pobre nivel de España que cada día va incorporando escuelas bilingües y que hace un esfuerzo sincero por mejorar el conocimiento de idiomas de sus alumnos. Claro que teniendo en cuenta que los profesores de inglés y de español son franceses y que tanto unos como otros cometen bastantes errores al hablar no me sorprende. El director del colegio, con quien estuvimos hablando antes del comienzo del curso, era profesor de inglés y algún problemilla demostró tener durante la conversación. En fin, que yo creo que un poco menos de literatura y unos pocos más de números harían que la educación franchu fuese mejor pero es que la grandeur y las ganas interrrrrrminables de discutir por todo que tienen se alimentan de literatura y de filosofía y no de álgebra y trigonometría. Ellos son así.

Otra particularidad del sistema francés es que es el único que conozco que numera los cursos al revés es decir, cuanto más se avanza en el sistema, más bajo es el número del curso. Así, Laura está en segundo y Guillermo en sexto. Esta confusión nos hizo equivocarnos y casi envían a la chica dos cursos por debajo del que le correspondía, a cuarto. Cuando se aclaró el equívoco aún la querían meter en tercero, que es el último año antes del liceo (como nuestros institutos de bachillerato) porque consideraban que la gran dificultad y el alto nivel de exigencia del liceo serían demasiado trauma para ella. Ya digo que se miran mucho el ombligo. También estuvimos tanteando que fuese a un liceo público pero para eso había que solicitarlo al departamento de educación el cual le haría un examen a la alumna y al cabo de unos días decidiría, todo eso con el curso ya empezado. Lógicamente se quedó en el colegio privado.

Sea como fuere, la escuela francesa no le ha supuesto ningún problema a Laura a pesar del francés porque iba adelantada por supuesto en idiomas pero también en matemáticas y el resto tampoco era de un exigente como para preocupar. Al otro sí que le cuesta más pero no tanto por la dificultad de las materias como por su notable afición a lo lúdico. Esto me hace pensar que la educación española no es tan mala como nos dice el célebre informe PISA todos los años y como tampoco voy  a poner en entredicho el informe en cuestión, me imagino que nuestro problema educativo es de reparto o desequilibrio, que los centros buenos y los alumnos buenos son muy buenos y que los malos lo son también en gran medida lo que hace que la media sea, valga la redundancia, mediocre.

2 comentarios:

  1. Los franceses también pasan el informito de rigor no? Cómo les sale el asunto? Es curiosidad, porque entiendo que es una prueba estandar que realmente permite comparar unos con otros.

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  2. Yo a colegios franceses nunca fuí pero sí a la Universidad gabacha y se preparaban las clases mucho más que en la Universidad española. A mi me resultaban clases más prácticas y entendibles aunque el nivel entre ambos paises fuera similar.

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