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domingo, 9 de enero de 2011

San Silvestre Vallecana 2010

Estuve corriendo la San Silvestre 2010. La corrí con Pilar, con F y con J, si bien F y J fueron cada uno por su lado porque en general no se aguantan las energías vitales. J llegó, como suele, con su unidad móvil encima, compuesta por una colección de aparatejos electrónicos - nunca sale de casa sin menos de tres- que le permiten i-controlar todos los parámetros de la carrera y luego transferirlos al ordenador para realizar seguimiento y estadísticas. El contacto con Internet, y la estadística son componentes esenciales de la vida de J lo cual le ha convertido en un adicto a los productos de Apple. Actualmente está esperando a que la compañía de Steve Jobs saque al mercado los i-amigos que ocupan muy poco espacio y están constantemente conectados a Internet. Fiel a sus principios, J descubrió que los dorsales se entregaban sólo hasta el día anterior a su venida a Madrid con lo cual nos tuvo pringados a todos con su dorsal y encima no ganó. Por su parte F, apareció tocado con una angelical coronita. Según me han contado, la concentración en el atrezzo le hizo olvidar ponerse el chip en la zapatilla así es que, oficialmente, no ha corrido.

Parte representativa del lamentable espectáculo ofrecido por algunos de los corredores


Este año sacaron dorsales 40.000 lo cual significa que había por lo menos 45.000 corredores. Faltaba un cuñado corredor que yo tengo que no va a esta carrera. Su hermana se dedica a meterle el dedo en el ojo (en sentido figurado) porque sabe que le encantaría ir pero el hombre no se hace con la logística de fecha tan señalada (nota para ateos iletrados, apóstatas iletrados e iletrados en general: San Silvestre es el 31 de diciembre, cuando las campanadas y las uvas y eso y además la carrera empieza a una hora muy mala). El a cambio se dedica a soltarle lindezas del tipo de que es una "matá" y a cachondearse de su trepidante ritmo de carrera de 7 minutos por kilómetro. Yo desde aquí le digo que hace muy bien en no ir porque no le iba a gustar nada y total sólo te dan una birria de camiseta Nike y la oportunidad de correr por la calle Serrano decorada de Navidad, nada que a él le guste realmente.

La carrera la corrimos juntitos P y yo. El año pasado pensé que aguantaría hasta el Km 4 ó 5 y me sorprendió llegando a la linea de meta por eso este año ya no sabía yo que pensar. Y eso que el entrenamiento había sido curioso. En Nantes salimos a correr como cinco veces, máxima distancia 5 Km.

Aguerrida corredora sansilvestrera

Tras el entrenamiento intenso se nos pasó tres semanas, tres, sin hacer nada. Yo pensaba que meterse en 10 Km con esa preparación, incluso siendo el recorrido light de la San Silvestre Vallecana, es un poco excesivo. Bueno pues la acabó. No sólo eso sino que al día siguiente se mantenía en pie, lo cual tiene su mérito. Corrimos juntos la mayor parte del recorrido, hasta llegar a Vallecas. Allí, comenzada la subida de la Avenida de la Albufera, P se empezó a resentir del "sobreentranmiento". Yo hice por esperarla pero a la tercera vez que me dijo que me fuese lo hice y nos encontramos en la meta.

El chip te lo cambiaban en la meta por una bolsa que contenía una botella de bebida isotónica azul, otra de agua y una de esas barritas energéticas de cereales que me comí con mucho gusto aunque hubiese preferido un platanito. Yo llegué en el puesto 23.684 y P en el 25.518. El año que viene más. Ahí dejo la gráfica comparativa de las dos carreras, la mía en verde, la de ella en azul.

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